Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 271

Aprender en sentido amplio implica concebir a los sujetos con quienes activamente construyen su comprensión basándose en la experiencia y utilizando sus estructuras previas. En ese sentido, Sager y Osguthorpe (2011) expresan que “el aprendizaje es un proceso de construcción social del conocimiento, así como de cambio conceptual intersubjetivo, reflexivo- colaborativo sobre la práctica” (pág. 29). Cabe señalar que el examinar el proceso de construcción de conocimiento desde una perspectiva social, como lo propone la educación universitaria venezolana, implica focalizar la atención en los contextos en los cuales esto ocurre. Estos conocimientos, señala Tardif (2009: 196), “no se construyen y utilizan en función de su potencial de transferencia y de generalización, están enclavados, embutidos, encerrados en una situación de trabajo a la que deben atender”. Ahora bien, la sociedad actual ha redefinido la articulación de las universidades con su entorno, propiciando para ello tres procesos estratégicos: a). Incorporar la producción del conocimiento interdisciplinario; b). Adoptar un paradigma pedagógico centrado en el aprendizaje continuo; c). Desarrollar una capacidad de vinculación externa para la transferencia y difusión de dicho conocimiento. Desde esa perspectiva, Pérez, (2010) señala que “el conocimiento es todo proceso de construcción de significados situacionalmente condicionado” (pág. 109). Es decir, para ser capaz de entender su valor, afectos, implicaciones, es clave identificar las posiciones y marcos de referencia desde los cuales los estudiantes elaboran sus interpretaciones, análisis, así como juicios de valor. Se infiere entonces que la construcción del conocimiento implica una relación dialógica entre teoría y práctica. En opinión de la investigadora, la construcción del conocimiento es un proceso sociocultural que obedece al 270 Arbitrado 2.3.1. Aspectos de la Construcción del Conocimiento