“VIÑA KOYLE”
Increíble como algunas cepas ya parecen
que van a alcanzar la perfección, como el
Moscatel de Don Cande, si bien el Cinsault ha
sido siempre de mis favoritos, con lo terroso
acompañando las frutas rojas y las notas a
laurel, súper simple, tal cual es, y que según
yo, va perfecto con las lentejas con prieta
(morcilla). Uno de los últimos vinos que Koyle no ponerlo en el ensamblaje final. Para mí,
como sommelier, es un lujo poder tener
esta vivencia, es entretenido poder probar
incluso los experimentos y poder conversar
con quien los hace.
Definitivamente, este relato tiene toda la
parte amable de la experiencia, pero en
una vendimia los enemigos son muchos,
sacó al mercado es Cerro Basalto, viene
de la roca volcánica que le da el nombre, en
un block del viñedo. El resultado es un vino
goloso, muy mineral, fresco y de taninos
suaves. Puedo probar una de las cepas que
componen la mezcla, la garnacha, que no
sólo tiene un maravilloso color granate –
púrpura intenso, sino que me gusta tanto
que pregunto si podemos dejarlo solo y en Villard, los conejos fueron directo a las
plantas del Syrah de Tanagra, en cambio los
pájaros en Lugarejo atacaron las uvas de
Carmenere. Quizás en Koyle hubiese sido
la lluvia si es que un par de días antes no
hubieran terminado la cosecha, sin embargo,
ese día a las 8:00 a.m. volvía el sol con todas
sus luces.
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