REVISTA SAPO REVISTA SAPO 09 | Page 51

Entramos y nos encontramos con multitudes de personas felices y dispuestas a darlo todo. Hicimos un rápido paneo del lugar, detectamos la barra y ahí nos clavamos, miramos al barman, le pedimos tres shop y ahí comenzó la fiesta. Cada shop contenía un litro de cerveza, y como no queríamos que se calentara, estábamos obligados a tomar con sed. Cuando se nos quitaba la sed, aplicábamos la fórmula perfecta, enrollábamos un buen porrito, esperábamos a que se nos secara la boca y partíamos nuevamente a la barra. La banda que tocaba era increíble, y la otra y la otra y la otra… En fin, todo era de lujo, bailamos todo el concierto. Entre medio fui al baño 237 veces, y cada vez que iba, tenía más y más amigos. Hablé con la mitad de la fiesta, me saqué fotos con casi todos, les hablaba en portuñol alcoholizado, no sé si me entendían, pero yo creo que sí porque por donde caminaba, la gente me saludaba por mi nombre. A las cinco de la mañana ya era más famoso que el grupo estrella. www.revistasapo.com 51