SAPO CULTURA
Después de su captura en julio de 2002,
Khadr fue trasladado a la base aérea
estadounidense de Bagram fuera de Kabul.
Permaneció inconsciente durante una
semana pero en cuanto se recuperó, su
interrogatorio bajo tortura comenzó.
Joshua Klaus, un soldado estadounidense
que unos meses antes (abril de 2002) había
matado un taxista afgano inocente de 24
años de edad, comenzó interrogando a
Omar Khadr. Con sus heridas aún frescas
y sangrando, se vio obligado a sentarse y
responder a las preguntas.
Damien
Corsetti,
otro
soldado
estadounidense, ha confesado ya que, para
torturar a Khadr, expresó remordimiento por
lo que había hecho con alguien que describió
como “más que un niño”. Corsetti tenía
lágrimas en los ojos cuando hizo la confesión
televisada. No es así con Klaus, quien se
enfrentó a una baja deshonrosa del ejército
por golpear a un afgano inocente.
En octubre de 2002, Khadr fue trasladado en
avión a la prisión de la Bahía de Guantánamo,
encadenados al piso de un avión militar.
Varios días antes de su vuelo de 20 horas a
Guantánamo, a Khadr y otros presos se les
negó la comida y se les limitó a sólo un sorbo
de agua diario.
En su llegada a Guantánamo, los prisioneros
no podían ponerse de pie porque sus
miembros estaban destrozados.
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