Entramos, bailamos todos los
éxitos del verano, seguimos bebiendo,
nos tomamos un cuarto de ácido que
me traje de Chile escondido en los
zapatos y nos fumamos unos cuantos
pitos de marihuana mexicana (peor es
nada). No habían hombres guapos que
nos motivara así que luego de estar
una hora decidimos ir a probar suerte a
“Señor Frog”.
Nuevamente no pagamos ni un mísero
dólar por entrar, de hecho nos pedían
que entráramos en todos los antros con
barra abierta incluida. Es el beneficio
de andar siete chicas guapas por los
antros de Cancún pero decidimos entrar
www.revistasapo.com
a Señor Frog porque era lunes y por ello
había fiesta temática. Entramos y fue
nuestro paraíso, había fiesta de pintura
flúor y todos los chicos musculosos que
no vimos en “Mandala” estaban ahí.
No pasaron ni 10 minutos y me agarran
unos brazos exquisitos por la espalda.
Era un brasileño guapísimo que quería
bailar conmigo. Un poco agresivo, me
tiraba para arriba, me daba vueltas y me
dejó todos los labios mordisqueados: yo
feliz. Mis amigas ya estaban ocupadas,
cada una con un chico, principalmente
canadienses, brasileños y turcos.
92