Lo único que recuerdo es que al
volver al aeropuerto estaban diciendo
mi nombre por alto parlante, sólo
yo faltaba para que el avión pudiera
despegar. Corrí a lo Forest Gump y no
perdí mi vuelo (rebajado) a Cancún.
Oasis Sens, zona hotelera y seis
amigas esperando por mí. Llegué
justo a hacer la previa para salir a
rumbear. Iba con un poco de caña pero
nada que un buen Tequila Mexicano no
pueda solucionar. En la discoteca del
hotel, tomamos lo que más pudimos
y nos llevamos dos vasos cada una
en el bus camino a la Plaza Forum, el
epicentro del carrete cancunense.
Decidimos entrar a “Mandala”, una
de las discotecas más populares
del sector, como buenas chilenas
era impensado pagar los 30 dólares
de la entrada y con nuestro arte del
“regateo” pudimos entrar gratis y más
encima con barra abierta.. ¿Cómo les
quedó el ojo?
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I´M IN CANCÚN BITCH
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