En lo alto de una colina, entre el Mirador del Túnel y Glacier Point, uno puede apreciar
una perspectiva de montañas como gigantescas olas. En el otoño un sol rojo cae con un tono
encendido y pinta las nubes de una gama intensa. Las montañas, como si fuera un oleaje
continuo, crean esa sensación de profundidad en el horizonte. Uno se pierde en el paisaje y
sabe que la vida, a pesar de las contradicciones, es posible.
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