En el lugar parecen haber captado la idea,
ya que le dan especial importancia a los
espacios comunes como el muelle, la terraza
y una sala de estar donde se practica yoga
y se escucha esporádicamente a alguien
tocando su guitarra o un tambor. Los precios
tampoco son altos ya que una cabaña para
dos personas tiene un valor de 25 mil pesos
chilenos la noche, con desayuno incluido. Si lo
que se desea es algo más exclusivo, el Resort
& Spa Rancho Bacalar ofrece habitaciones 2 kilómetros desde la plaza del pueblo. Por
cerca de 1600 pesos chilenos, se puede
acampar en el lugar que también cuenta
con salida privada a la laguna. Marco, un
argentino dice haberse quedado atrapado
en Bacalar. Ofrece paseos en su velero con
precio especial para sus huéspedes.
La Laguna Bacalar es alimentada por 7
cenotes, que traen agua desde las montañas
de Guatemala. Lamentablemente todos
los cenotes son privados y están un poco
para dos personas desde los 50 mil pesos.
Como el pueblo fue construido alrededor
de la laguna, prácticamente toda la oferta
turística del pueblo gozande vista o salida
al agua. De hecho, tanto la Casa China como
Rancho Bacalar tienen sus propios muelles y
embarcaciones para navegar.
La opción más económica para quedarse
en el pueblo es el camping La Tribu, a unos apartados del pueblo. El cenote Azul es
el único al que se puede llegar por tierra
fácilmente aunque pertenece a un restaurant
que exige consumo para pasar. De todas
formas, en la misma plaza de armas venden
paquetes con excursiones de buceo y snorkel
a estos cenotes, a los que hay que llegar en
algunos casos vía velero catamarán.
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