REVISTA SAPO REVISTA SAPO 06 | Page 41

Llegamos al hotel, nos duchamos y nos juntamos todos en el lobby. Las chicas todas guapas, nosotros los hombres encamisados y perfumados. Llegó el bus con destino a Pachá y, mientras viajábamos cruzando la isla a nuestro destino, Francesco, nuestro amigo y socio de la agencia, hacía un show que ninguno de los asistentes olvidaría. El viaje fue un cagarse de risa constante, llegamos al destino más prendidos que tele de conserje. Ya en la entrada, mis compadres Sebastián, Fangulo y Franceso, sacan una botella de agua que contenía una droga que estaba de moda por esos días: MDMDA, el cristal del éxtasis. Yo nunca había tomado éxtasis ni nada parecido pero estaba tan ansioso por entrar que tomé la botella y me la empipé casi hasta el final. Mis amigos no tardaron en llamarme la atención de manera perentoria: “¡¡¡Qué haces hueón!!! ¡¡¡Pasa la botella!!!” Así que les entregué lo que quedaba, nadie me dijo que eso era para todos. En fin, me dio lo mismo y entré. Recuerdo que estaba muy oscuro, se veía miles de personas bailando en varios pisos, o eso creo. Comienzo a caminar entre la gente y la música comenzó a fusionarse con mi cuerpo, sentía que los bajos hacían palpitar mi corazón y que la música era la mejor que había escuchado y sentido en mi vida. Estaba realmente alucinado, caminaba por todo lado mirando lo que sucedía. Hasta que de repente elijo una presa. Veo un grupo de chicas brasileñas que venían en el grupo, identifico a una que llevaba un vestido ajustado y se veía guapísima. Me acerco y sin decirle ni hola, la abrazo por detrás, y con nuestros cuerpos ajustados nos comenzamos a mover al ritmo de la música. IBIZA www.revistasapo.com 41