REVISTA SAPO GORMET REVISTA SAPO GOURMET 07 | Page 44

Los que tenemos cierta edad, los médicos y cardiólogos no recomiendan tomar una copa de vino tinto con la cena, no nos sorprende. Nuestras abuelas, ya recomendaban lo mismo hace siglos. Basta recordar, junto a ello reconocer aromas, sabores, en el plato que degustamos en compañía. En lo posible, no comas solo. Un cocinero sirve para incentivar encuentros. Un cocinero también sirve para enamorar, si hemos de creerle a Isabel Allende cuando confiesa que cayó seducida por su marido norteamericano al verlo con pantalón corto y mandil, eligiendo ingredientes y cocinando un platillo para compartir. Me pueden tomar por romántico pero a mi modo de ver, la cocina, junto con la poesía, será el último reducto de la humanidad. Caerá sólo vencida por las máquinas y la tecnología, si el apocalipsis finalmente llega. Mientras eso no suceda (y esperemos nunca suceda), síganme a la cocina. Vamos a hervir medio litro de agua, antes del punto de ebullición, espolvoreamos setenta y cinco gramos de harina de maíz y revolvemos para evitar grumos. Al levantar hervor, echar una pizca de sal, dejar cocer diez minutos sin dejar de revolver. Enseguida, se distribuye el contenido en unos cuencos pequeños, se dejan enfriar un poco y se vuelca leche fría por encima. En tiempos de escasez, estas papas de maíz calentaban la panza de los aldeanos antes de irse a dormir. Los cocineros, ante todo, sirven para reconciliarnos con el pasado, amar nuestra cultura, y fortalecer con su trabajo nuestra identidad. Mientras haya cocineros decentes frente a los fuegos, revolviendo en el caldero con paciencia y amor, no se quemará nuestro futuro. ¡¡Salud, mis amigos!! Desde Buenos Aires, Argentina: Chef & periodista. MANUEL CORRAL VIDE Chef & periodista. www.revistasapo.com 44