Por ello planteo que, por herencia, todos somos cocineros o deberíamos serlo para hacer justicia con nuestra condición de humanos. Nuestros ancestros, los primeros hombres, fueron cocineros. Compartir la historia de la gastronomía, peculiaridades de diversas cocinas, su importancia en el patrimonio cultural de los pueblos es el camino que elijo para intentar que todos tomemos conciencia, y volvamos a los fogones familiares, nos preocupemos por mantener el fuego del hogar encendido. Espero no aburrir a los lectores en el camino, sentarnos a la mesa, llegar juntos al postre y compartir una copa mientras debatimos teorías que nacieron al calor de los fogones.
TODOS SOMOS COCINEROS
La sana costumbre de conversar, compartir la sobremesa, se fue perdiendo en el tiempo de la comida light, de estar atentos a las calorías que se pueden incorporar al cuerpo mantenido a raya para lucir siluetas esmirriadas, en vez de relajarse, abrir la mente y el paladar a los placeres que debe traer una buena comida. Algo, a su vez, improbable en restaurantes escenográficos, donde comer parece un acto de pecaminosa lujuria( Abel González dixit), algo que debe ser castigado con el ostracismo, el desprecio de los adoradores de la imagen a la moda. www. revistasapo. com 35