ESCRIBO de este tema de
salud, ya que es muy frecuente y
en ocasiones si no es atendido a
tiempo y de manera adecuada, puede
dejar secuelas como dolor crónico e
inestabilidad articular en el tobillo,
perjudicando así la calidad de vida
e impidiendo nuestras actividades
recreativas, laborales y cotidianas.
Empecemos por definir que
es un esguince de tobillo: en
términos sencillos se refiere a una
elongación brusca y excesiva de uno
o varios ligamentos presentes en la
articulación del tobillo, ocasionada por
un movimiento forzado más allá de
sus límites normales o en un sentido
no propio de la articulación y que
puede llegar a ser una ruptura parcial
o total del mismo.
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Es importante saber que los ligamentos son estructuras
que unen hueso con hueso y dan estabilidad a
las articulaciones, además sirven como sensores que
informan a nuestro cerebro de la posición de nuestro
cuerpo (Propiocepción). De esta manera los ligamentos son
estructuras muy importantes en nuestra anatomía.
Podemos clasifi car un esguince de tobillo según el
grado de lesión:
Grado I: Se produce un estiramiento o distensión del ligamento, más frecuente
del Ligamento Peroneoastragalino. Puede haber dolor leve al caminar o mover
el tobillo, inflamación leve y se recupera en dos a tres semanas. Existe una
rotura del menos del 5% de las fibras del ligamento.
Grado II: Se produce ruptura parcial del ligamento, aparece dolor moderado
acompañado de inestabilidad articular leve. Existe inflamación y dificultad para
caminar apoyando el pie lesionado. Puede aparecer equimosis alrededor del
tobillo, que es la coloración morada verdosa que conocemos como moretón.
Se produce una ruptura del 40-50% de las fibras ligamentarias. Precisan de
4 a 6 semanas antes de volver a la actividad normal.
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