El maestro Adrián Marcelli nos
plantea en su libro Yoga y Desarrollo
Humano: “El yoga es un conjunto
de sistemas plural y multicultural
en sí mismo, cuenta con disciplinas
y técnicas específicas que van
desde la limpieza personal y la
alimentación, el trabajo corporal y
el desarrollo de nuestra energía sutil, el
conocimiento de diversas modalidades de la
respiración, el desarrollo de las capacidades
sensoriales, hasta la mística, la meditación y la
filosofía.
Más que una doctrina cerrada, es una
tradición que se recrea continuamente y
que reflexiona y experimenta acerca del ser
humano y su identidad con la naturaleza y
el universo”.
Por su parte, los principales exponentes del desarrollo
humano nos invitan a regresar a la confianza en la
plenitud y la infinidad de posibilidades de Ser, bajo el
principio del aquí y ahora, con los sentidos abiertos,
despiertos para tener una vivencia amplia de cada
experiencia, una vivencia despierta.
“Educar para el desarrollo personal es la llave para la
transformación”, ya lo dijo el maestro Claudio Naranjo:
los educadores son los principales agentes de cambio,
son un importante núcleo de la transformación social y
luego entonces global, educar al educador en estos
temas en que no fuimos educados: las emociones,
los sentimientos, la corporeidad, valores y actitudes
humanas, la sensibilidad, el diálogo efectivo, asertivo.
Los educadores somos todos, la
frontera de ser maestros y alumnos es
dinámica, aprendiendo enseñando y
enseñando es como verdaderamente
se aprende.
La salud integral, es un principio compartido entre el
Yoga y el desarrollo humano, es decir incluir el bienestar
de todas nuestras dimensiones: física, mental, emocional,
espiritual, incluso transpersonal. Bajo un modelo de
autoexploración personal, ‘Svadyaya – Autoconocimiento’,