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PostdoctUBA
Revista del Postdoctorado
de la Universidad Bicentenaria de Aragua
Volumen 1. No. 2
Octubre, 2018
Educación por Competencia
Necesariamente a partir de las décadas de los ochenta la educación debe
replantearse un nuevo objetivo y establecer estrategias que permitan su
adecuación a los cambios sociales y económicos generados por la sociedad post
industrial. La evolución de una sociedad cerrada, a una sociedad abierta en la
llamada aldea global, demanda de una sociedad de la información, del
conocimiento o del aprendizaje, donde el ser humano debe poseer una mayor
capacidad de adaptación al medio, una mayor autonomía para el desempeño
laboral y un mayor dominio del aprender a aprender.
Así pues, la educación basada en el modelo por competencias formará a un
ciudadano responsable de su propio aprendizaje, determinado por un contrato
negociado entre profesor y estudiante, referido a los objetivos de aprendizaje,
criterios de evaluación y las evidencias de los logros. De esta manera se trata de
ser estratégicos capaces de actuar intencionadamente para conseguir unos
objetivos de aprendizaje, teniendo en cuenta las características de la tarea a
realizar, las exigencias del entorno en el que han de llevarla a cabo y los propios
recursos para afrontarlas.
En razón a lo expuesto el profesor es fundamentalmente mediador del
aprendizaje entre los contenidos y la actividad constructivista del estudiante. La
intervención del docente está orientada a que los estudiantes sean autónomos,
competentes para responder de forma eficaz y diligente a los cambios del
contexto.
El aprendizaje debe ser relevantes para los estudiantes, estableciéndose una relación
entre ciencia, tecnología y cultura, lo que demanda un mayor tiempo de dedicación de
parte de quien aprende, logrando por otra parte desarrollar su capacidad de planificación y
autonomía personal. Lo planteado permite según Perrenoud (2004) afirmar que es el
estudiante quien construye sus capacidades. Así los estudiantes desarrollarán sus
capacidades en un sentido amplio, flexible y creativo.
El enfoque por competencias basa su aprendizaje en la resolución de problemas y el
desarrollo de proyectos que permitirá involucrar a los estudiantes en actividades
colaborativas para fomentar un mayor grado de compromiso y responsabilidad, valores
necesarios para un buen desempeño profesional. La aplicación de estas estrategias
involucra la reflexión, el análisis y hasta la determinación de estrategias, que según el autor
citado, debe responder a situaciones complejas que exigen iniciativas, transferencias e
innovación.
Por lo tanto los problemas y proyectos planteados a través de situaciones didácticas deben
contar con un grado creciente de complejidad, que puedan representar un reto para los
estudiantes y generar el desarrollo de las competencias y la movilización de los saberes
(conocimientos, habilidades, valores y actitudes) , para enfrentarse a ellos, reconocer y
hasta superar las debilidades manifiestas.
En razón a lo expuesto es necesario resaltar que los programas manejan tres tipos de
competencias: genéricas, que son aquellas que incluyen habilidades cognitivas,
metacognitivas, conocimientos instrumentales y actividades consideradas valiosas en la
sociedad del conocimiento.
Así pues Maldonado (2006) plantea como aspectos favorables a las competencias
entre otros que: (a) brinda insumos valiosos al diseño curricular y cambia el
esquema de elaboración, (b) articula la educación con el trabajo, (c) garantiza un
alto grado de precisión metodológica (d) amplia la gestión institucional (e)
consolidad espacios de dialogo social y (f) permite la formación de recurso
humanos eficientes. Las competencias específicas, que se expresan a través de conocimientos de contenidos
disciplinares y habilidades específicas propias de la práctica profesional.
El alcance de la concepción compleja de las competencias para el desarrollo
integral de la persona encuentra sus bases en el informe Delors (1996) cuando se
plantea una educación que va más allá de los conocimientos introduciendo el
ámbito de los saberes: Por consiguiente el aprendizaje por competencias debe llevar al estudiante a ser
responsable y auto – regulador de su aprendizaje, asumiendo de modo autónomo y
estratégico su aprendizaje significativo, siendo capaz de motivarse, de buscar, seleccionar,
contrastar y procesar la información pertinente al objeto de estudio y a las competencias a
desarrollar; reflexionar sobre su propio aprendizaje a través de la auto evaluación logrando
gestionar sus fortalezas y debilidades.
-Saber ser /convivir, que articula contenidos afectivos, motivacionales,
enmarcados en el desempeño competencial y se caracteriza por la construcción
de la identidad personal, la conciencia y el control del proceso emocional
actitudinal en la realización de una actividad.
-Saber conocer, se define como la puesta en acción o actuación de un
conjunto de herramientas para procesar la información de manera significativa
acorde con las expectativas individuales, las propias capacidades y los
requerimientos de una situación en particular.
-Saber hacer, representa la actuación en la realidad, de forma sistemática y
reflexiva buscando la consecución de metas o acuerdos de determinados criterios
según Tobón (2006).
En razón a lo expuesto podría establecerse que el manejo de las competencias
en la educación representa más que un modelo pedagógico con base en su
alcance y complejidad, ya que prácticamente involucra todos los componentes del
proceso educativo de forma entretejida, cuyos resultados serán valorados a través
de indicadores debidamente seleccionados y planificados.
En tal sentido, es necesario partir del informe Delors (1996) cuando establece
que la escuela debe educar para pensar, para saber pensar, para saber hacer y
para saber convivir, que se resumen en saber ser. Es así entonces como
siguiendo el principio dialógico del pensamiento complejo, se articula el
aprendizaje al desempeño idóneo en el marco del contexto sistémico.
El enfoque por competencia está centrado en el estudiante, haciendo énfasis en
lo que se aprende y no en los contenidos programáticos, más se enfoca en el
aprender a aprender, que permitirá al estudiante hacerle frente a la veloz
caducidad de la información y el conocimiento propio de la era informática. Así el
proceso de facilitación del aprendizaje se apega al constructivismo, principalmente
para el desarrollo de las competencias del hacer, así se relacionarán los
conocimientos previos y los por lograr. De hecho el aprendizaje permitirá la
modificación y enriquecimiento de los esquemas mentales del estudiante.
Las competencias transversales, entre las cuales se encuentran la aptitud para el trabajo
en equipo, la resolución de problemas, la capacidad de tratar con procesos no rutinarios, la
toma de decisiones, responsabilidades y comunicación eficaz tanto escrita como oral.
Evidentemente en la educación por competencias el docente pasa a ser un mediador del
aprendizaje entre los contenidos y la actividad constructivista del estudiante, es un
acompañante del aprendizaje autónomo. Por lo tanto la relación entre profesor y estudiante
tiene una gran importancia en el proceso de aprendizaje y la relación entre estudiante–
estudiante permitirá el desarrollo de procesos cognitivos y de competencias transversales
para el logro del mejor rendimiento académico.
Así queda evidenciado un cambio en los procesos para el dominio de la competencia. De
la misma manera la fase evaluativa, permitirá evidenciar el logro de una formación integral
en vista de que las competencias están constituidas por dimensiones cognitivas,
procedimentales y actitudinales, estrechamente interconectadas, lo que la cataloga como
una evaluación auténtica.
La evaluación también está referida al criterio, esto es, resulta necesario establecer niveles
de logro o desempeño, presentados como referentes para la orientación de la calificación o
evaluación del estudiante, lo que demanda un mayor esfuerzo en la planificación y diseño
de la unidad curricular por parte del profesor.
Se hace necesario resaltar la condición continua y formativa de la evaluación en el
aprendizaje por competencia, donde asume niveles de más profundidad en razón de ser un
proceso más detallado dada su complejidad. Así pues se hace necesaria la aplicación de
una evaluación diagnóstica que permita trabajar con certitud las necesidades y
aspiraciones de los estudiantes.
Por otra parte las actividades de evaluación sumativa y finales deben estar
complementadas con evaluaciones formativas y continuas. La retroinformación permitirá al
estudiante asumir sus fortalezas y debilidades y al docente tener información clara sobre el
proceso y su resultado para poder brindarles un mejor asesoramiento y apoyo.
En el aprendizaje por competencias la evaluación o más comúnmente llamada valoración
se caracteriza, según Tobón (2006) por ser:
ISSN: 2610-8134
Recibido
Marzo, 2018
Aceptado
Octubre, 2018
Páginas
4
Depósito Legal: AR2018000091
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