Revista Posada Almayer 5 Almayer 5 | Page 25

Almayer 5 En tropel/Juan Carlos Martínez (Fragmento de la novela Caballos en tropel) para mí era la primera vez que escuchábamos hablar de estos temas desde esta perspectiva. Cuando terminó el video yo me sentía aturdido por la cantidad de información y por la duración del video. Pero lo que siguió fue una exposición verbal acerca de la maldad de las empresas transnacionales, que con sus tentáculos globales mantenían esclavas a las masas y sometidos a los gobiernos de los países americanos y africanos en su totalidad, y maniatados a los asiáticos. Oscar nos habló de muchos temas y sus actores principales: el Club Bilderberg y sus decisiones corporativas que afectan la economía mundial; del banco de Vaticano y sus implicaciones con la mafia, sobre todo a partir del asesinato de Juan Pablo I; de farmacéuticas que mantienen las medicinas atacando síntomas y no exterminando a las enfermedades; de empresas petroleras que frenan cualquier intento de investigación y aplicación de energías renovables y gratuitas. Esa noche terminamos casi mareados de todas las teorías de conspiración reunidas en un solo volumen. Conforma pasaban las semanas y Oscar nos seguía explicando y desglosando las conexiones entre todos esos temas sus perspectivas iban quedando más o menos claras: él no pretendía que tomásemos esos Oscar siempre estaba inundado de gráficos. Su mundo era tridimensional y sus visiones multidireccionales. Las perspectivas aparecían delante de sus ojos con sólo tener una idea cruzando por su mente. Una tarde podía tener una posición sobre algún tema y al siguiente día presentarnos una postura muy distinta. “Ambigüedad ordenada” decía él que era la descripción de su forma de ser. - Te describiré lo anterior con una anécdota. - Claro expresidente, como guste. Cierta tarde llegó con un video en su computadora y nos hizo mirarlo de inicio a fin haciendo el papel de madre-enfermera, de cuando la mamá quiere que el hijo mejore de alguna enfermedad y le da la medicina de forma rígida y precisa, sin interrupciones y sin miramientos, porque sabe que es lo mejor. “Esto les abrirá los ojos” -nos dijo. Nos presentó un documental llamado “el espíritu de la época”, que en alemán se llamaba “Zeitgeist”, para mí tuvo mucho sentido, pero me dejó más dudas que respuestas. En aquellos años dicho documental había ganado algunos premios y ya había sido visto por millones de personas alrededor del mundo. Para Elías, Alejandra y 21