Almayer 5
En tropel/Juan Carlos Martínez
(Fragmento de la novela Caballos en tropel)
para mí era la primera vez que escuchábamos hablar
de estos temas desde esta perspectiva. Cuando
terminó el video yo me sentía aturdido por la cantidad
de información y por la duración del video. Pero lo que
siguió fue una exposición verbal acerca de la maldad
de las empresas transnacionales, que con sus
tentáculos globales mantenían esclavas a las masas y
sometidos a los gobiernos de los países americanos y
africanos en su totalidad, y maniatados a los asiáticos.
Oscar nos habló de muchos temas y sus actores
principales: el Club Bilderberg y sus decisiones
corporativas que afectan la economía mundial; del
banco de Vaticano y sus implicaciones con la mafia,
sobre todo a partir del asesinato de Juan Pablo I; de
farmacéuticas que mantienen las medicinas atacando
síntomas y no exterminando a las enfermedades; de
empresas petroleras que frenan cualquier intento de
investigación y aplicación de energías renovables y
gratuitas. Esa noche terminamos casi mareados de
todas las teorías de conspiración reunidas en un solo
volumen.
Conforma pasaban las semanas y Oscar nos seguía
explicando y desglosando las conexiones entre todos
esos temas sus perspectivas iban quedando más o
menos claras: él no pretendía que tomásemos esos
Oscar siempre estaba inundado de gráficos. Su mundo
era tridimensional y sus visiones multidireccionales.
Las perspectivas aparecían delante de sus ojos con
sólo tener una idea cruzando por su mente. Una tarde
podía tener una posición sobre algún tema y al
siguiente día presentarnos una postura muy distinta.
“Ambigüedad ordenada” decía él que era la
descripción de su forma de ser.
- Te describiré lo anterior con una anécdota.
- Claro expresidente, como guste.
Cierta tarde llegó con un video en su computadora y
nos hizo mirarlo de inicio a fin haciendo el papel de
madre-enfermera, de cuando la mamá quiere que el
hijo mejore de alguna enfermedad y le da la medicina
de forma rígida y precisa, sin interrupciones y sin
miramientos, porque sabe que es lo mejor. “Esto les
abrirá los ojos” -nos dijo. Nos presentó un documental
llamado “el espíritu de la época”, que en alemán se
llamaba “Zeitgeist”, para mí tuvo mucho sentido, pero
me dejó más dudas que respuestas.
En aquellos años dicho documental había ganado
algunos premios y ya había sido visto por millones de
personas alrededor del mundo. Para Elías, Alejandra y
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