Revista Poligrafías N°1 | Page 7

Salí del inmenso anonimato fundando EL NADAISMO para restituir a LA NADA su condición rebelde, y a mi vida una razón de vivir entre los signos apocalípticos y nihilistas de mi tiempo. Pienso que la sociedad en sus períodos de crisis, levanta mitos para no dejar hundir el prestigio del espíritu. Yo he venido a llenar la ausencia de valores mientras se restablece el equilibrio, y retorna una cierta sensibilidad abatida por el materialismo y el Imperio Precursor del Músculo y el Griterío del Tumulto. No creo en casi nada, pero creo en la vida. Escribo por vanidad, por ocio, por libertinaje, y en una razón secreta de mi ser, por masoquismo. No he hecho casi nada para estar tan viejo. A mi edad, Cristo estaba a punto de ser colgado de la cruz, y Rimbaud ya traficaba con armas en Abisinia, después de revolucionar la poesía y escupirla en mitad de su rostro. Pero, “he vivido”, como dicen modestamente los pesimistas. Aunque en mi caso sería más exacto decir: ¡He amado! Miro crecer la hierba y retirarse las mareas. Siento el susurro del Universo dentro de mi alma, y las caricias del amor en mi carne. Para quejarme tendría que estar muerto. Gonzalo Arango 1931-1976 5