Revista Pesca marzo 2019 REVISTA PESCA MARZO 2019 | Page 31
te a través de un orificio en la pared y la dirigía hacia los vo- Sin embargo, en su fiebre por la sardinella , los intereses em-
luminosos aparatos de la factoría propiamente dicha. presariales mundiales están arrebatando un componente bási-
co de la dieta a la gente de la zona que más lo necesita. Al
mismo tiempo, las palas de los molinos mecánicos suponen
una nueva amenaza para las especies ahora que el cambio
climático está obligando a la sardinella a luchar por su super-
vivencia. "En cuatro o cinco años no quedarán reservas, las
factorías cerrarán y los extranjeros se irán", vaticina Abdu
Karim Sall, presidente de una asociación de pequeños pesca-
dores de Senegal conocida como Papas, su acrónimo en fran-
Barcos artesanales en Nouadhibou, Mauritania. SYLVAIN CHER-
KAOUI REUTERS
Las ávidas máquinas de Africa Protéine producen harina de
pescado, un polvo rico en nutrientes que alimenta un negocio
cuyo valor asciende a 160.000 millones de dólares (unos
141.000 millones de euros). La acuicultura es uno de los sec-
tores de la industria alimentaria en más rápido crecimiento
del mundo, y está tomando aceleradamente la delantera a la
pesca como principal fuente de este producto para consumo
humano. Desde las balsas de gambas de los deltas de los ríos
de China hasta las jaulas de salmones de los fiordos norue-
gos, la industria prospera dando de comer pescado a los pe-
ces. Es tal su voracidad que alrededor del 20% de captura
salvaje del mundo no va a parar a nuestros platos, sino que
se tritura para producir harina.
La incesante demanda de China ha impulsado los precios de
este derivado a niveles récord. En consecuencia, las empresas
han puesto la vista en África occidental como nueva fuente de
suministro. Desde las corporaciones públicas hasta los empre-
sarios de riesgo, los inversores chinos compiten por levantar
nuevas plantas en las costas de Mauritania y de sus dos veci-
nos del sur, Senegal y Gambia.
cés. "A nosotros nos dejarán aquí sin comida".
Los datos de los satélites indican que las aguas al norte de
Senegal y Mauritania se están calentando más deprisa que las
de ninguna otra zona del cinturón ecuatorial denominado Zo-
na de Convergencia Intertropical. Este cambio climático ocul-
to a la vista ha tenido un efecto que no augura nada bueno.
Un nuevo estudio llevado a cabo por expertos del Instituto de
Investigación para el Desarrollo, una organismo francés cuya
central se encuentra en Marsella, ha descubierto que, desde
1995, el aumento de las temperaturas ha empujado a
la sardinella una media de 300 kilómetros hacia el norte. El
hallazgo, cuyos resultados fueron compartidos con Reuters,
proporciona la primera prueba inequívoca de que se está su-
mando a una diáspora mundial de especies marinas que hu-
yen en dirección a los polos o hacia mayores profundidades a
medida que las aguas se calientan. La magnitud de esta mi-
gración masiva empequeñece a cualquiera de las que tienen
lugar en tierra. Según Camille Parmesan, profesora de la Uni-
versidad de Plymouth y una autoridad en los efectos del clima
sobre la vida marina, los peces se desplazan por término me-
dio 10 veces más lejos que los animales terrestres afectados
por el aumento de las temperaturas.
La harina de pescado alimenta un negocio cuyo valor
asciende a 160.000 millones de dólares (unos 141.000
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