Revista Pesca abril 2018 REVISTA PESCA ABRIL 2018 | Page 65

receptivas con los embajadores de la co- rrupción? La acción de Odebrecht y otras constructoras brasileñas fue más sutil que la del soborno descarado. Como ha declarado Marcelo Odebrecht y ha confirmado Jorge Ba- rata, su brazo ejecutor en Lima durante más de una dé- cada, la empresa apoyó a casi todos los candidatos con oportunidades de ganar la presidencia en 2006 y 2011. Han brindado montos exactos. Siendo una empresa con una división entera dedicada al pago de sobornos, no es difícil presumir que, aun si recibir dinero de empresas para campañas no constituye delito, estas contribuciones fuesen una suerte de sobornos diferidos y difusos entre potenciales gobernantes. Según Barata, bebieron de esa misma agua envenenada los ex presidentes Toledo, Gar- cía y Humala, el actual presidente Kuczynski, la ex alcal- desa de Lima Susana Villarán y la dos veces candidata presidencial Keiko Fujimori. No hubo quien dijera no. ¿Por qué nadie puede decir no? Pregunta dolorosa. La Constitución peruana afirma que el presidente “personifica” a la nación. No podemos quitarle la nalga a la jeringa, la pregunta nos involucra. Por lo pronto, su- giero leer La pasión de Enrique Lynch de Richard Parra publicada en 2014. Esta novela corta es el extraordinario relato sobre el siglo XIX peruano de la mano de un hom- bre de negocios que es una suerte de ancestro carnal de Barata. Ingeniero norteamericano llegado de Chile, hace nes informales del particularismo: dinero para mi campa- ña, tolerancia con la corrupción de mis acólitos y recur- sos para aceitar a mi clientela. Sin embargo, según la ley formal, ellos mismos deberían reforzar la institucionali- dad del interés general. Oh, paradoja, deben fomentar las instituciones formales que combatan las instituciones informales del particularismo desde las cuales prosperan. No ocurre. Los peruanos hemos sido testigos de esto una y otra vez. Con el congreso anterior (2011-2016) el congresista Juan Pari realizó un excelente informe de investigación sobre la actuación de las constructoras brasileñas en el Perú. Congresistas de todos los partidos decidieron que se engavetara. Solo adquirió actualidad cuando las justi- cias brasileña y estadounidense revelaron lo sucedido en el Perú. Algo similar ha ocurrido cuando se quiso fortale- cer la unidad de investigación de delitos financieros del poder judicial o al fiscalizar las “donaciones” a las cam- pañas. Y recordemos que grupos empresariales hacían cabildeo para que en los procesos por corrupción se san- cionase al funcionario y no al privado. Tras el canto solista de Jorge Barata, ingresa el coro po- drido de la política peruana. Obviamente, nuestros políti- cos ignoraban todo. La tragicomedia es mayúscula. Re- nuncian a partidos, dibujan caras de sorpresa, hay quien ya tomó un avión al extranjero y acusan de corruptos a otros políticos por actos casi idénticos. El desprecio por fortuna realizando obras públicas que consigue con so- bornos e intimando con lo más fino de la sociedad lime- la ciudadanía es indisimulado, nos tratan de idiotas en nuestra cara. ña. Promete modernización a través de obras y le pagan Ante la crisis, la primera reacción es deshacernos de este con el dinero del booming commodity de la época: el guano. Parece calco. O sea, poseemos un par de siglos elenco acostumbrado al sí. Pero está probado que nue- vos actores también pueden tener el sí fácil. Más bien, la de experiencia. ¿Qué pasa en nuestras élites políticas y crisis abre oportunidad para hacer ciertas reformas insti- económicas que desde siempre han sido receptivas con los embajadores de la corrupción? tucionales que, al menos, cierren la puerta al ingreso de dinero sucio en las campañas electorales. Después de La crisis abre oportunidad para hacer cier- tas reformas institucionales que, al menos, cierren la puerta al ingreso de dinero sucio en las campañas electorales. todo, si el individuo ejemplar que dice no preserva la dignidad de la comunidad, son sus instituciones ejempla- Aunque la pregunta es enorme y caben infinidad de hi- pótesis, es indispensable observar la relación de estos actores con las instituciones que los rigen. Nuestros líde- res políticos y económicos prosperan bajo las institucio- Revista Pesca Abril 2018 res las que permiten la prosperidad en el largo plazo. Alberto Vergara es profesor de la Universidad del Pacífico y autor del libro "Ciudadanos sin república". Fuente https://www.nytimes.com/es/2018/03/09/opinion -vergara- peru-corrupcion-odebrecht/?emc=eta1-es 62