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La Edad de Hierro Romana (Siglos I-IV d. C.)
Aunque el depósito de sacrificios en las tierras húmedas continuó durante toda la edad
del hierro romana, pueden observarse algunos cambios notables en la naturaleza de las
ofrendas. Casi todos los objetos que pertenecen a este período son armas de guerra y,
especialmente en Escandinavia meridional, son de origen romano. Se puede suponer
con seguridad que fueron botín tomado en la batalla y arrojado al lago, pantano o río
como una ofrenda de gratitud por la victoria en la guerra. Estos depósitos pueden por lo
tanto indicar que hubo numerosas escaramuzas en aquella época entre los escandinavos
y los vecinos del sur, que aunque no formaban parte del imperio romano eran aliados de
los romanos y tenían armas romanas. Algunos escandinavos también pudieron haber
dejado sus tierras para servir como mercenarios en las armadas romanas, regresando a
su hogar después de su turno de servicio con objetos de valor y artículos lujosos de
fabricación romana. Muchos de esos objetos llegaron hasta las tumbas, simbolizando tal
vez la vida aventurera y la alta posición social de los individuos allí enterrados.
No todos los productos del impero romano llegaron a Escandinavia por esos medios.
Durante los cuatro siglos de la era romana en la Europa continental hubo, sin duda
alguna, un contacto pacífico entre los pueblos escandinavos y las zonas romanizadas del
sur. Algunos de los artículos más espléndidos, como vasos de vidrio, de bronce y de
metales preciosos que han sido recuperados pudieron haber llegado a Escandinavia a
través del intercambio de regalos entre familias dirigentes de cada lado de la frontera,
pero otros objetos más corrientes llegaron sin duda a través del comercio. Se encuentran
en Noruega, Dinamarca y Suecia central y meridional, pero a finales del período son
más comunes en la isla de Gotland, bien situada en medio del mar Báltico. La
distribución de los hallazgos señala las rutas por las cuales las mercancías de comercio
viajaban desde Europa central y meridional: a lo largo del Elba y del Rhin y por el
litoral occidental hasta la costa báltica, Gotland y Suecia central. Las joyas, la cerámica
y las monedas (denarios) atestiguan este comercio. Tuvieron una influencia importante
en el desarrollo posterior de los estilos artísticos y los artefactos escandinavos.
Es difícil saber con seguridad qué productos escandinavos se cambiaban por los objetos
romanos, más duraderos, pero sin duda las pieles del norte desempeñaron un papel
importante. Los productos agrícolas, en particular los cereales y los cueros de reses,
también estaban muy solicitados por las legiones romanas y probablemente constituían
la mayor parte de las mercancías enviadas al sur. Los indicios señalan que las
actividades agrícolas aumentaron en Escandinavia durante esos siglos y es más que
probable que fuera en respuesta a un mercado más amplio. Las aldeas de Dinamarca
aumentaron en número, tamaño y complejidad y en Noruega la agricultura se convirtió
por primera vez en un aspecto importante de la economía. Se ocuparon y despejaron
nuevas tierras para los cultivos y la ganadería, y se sabe con certeza que también se crió
ganado en algunas de las pequeñas comunidades pesqueras dispersas al norte del
Círculo Polar Ártico.
En los siglos de la edad del hierro romana pueden descubrirse por primera vez los
comienzos de la organización social y política en Escandinavia que finalmente llevaron
a la formación de reinos unos siglos más tarde y cabe suponer que los contactos
culturales y comerciales con el imperio romano desempeñaron un papel importante en
esta evolución. La mejor prueba de centralización política proviene de Dinamarca,
donde surgió una clase de guerreros que se erigieron en jefes, dominando varias