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con la noción de esclavo como un ser inferior y sin otro valor que el de mercancía. Los
islandeses que redactaron estos textos querían más o menos conscientemente, a
imitación de lo que hacía respecto de su propio país el rey Hakon Hakonarsson de
Noruega, presumir de tener unas costumbres y una concepción del mundo aristocráticas.
Se comprende que hayan desarrollado con predilección el tema de la esclavitud.
Se cree tener fundamentos para decir que la noción, así considerada en una acepción
corriente, no coincide con lo que podemos saber de la psicología de los antiguos
escandinavos. Los valores que adoptaban y que ilustran toda su historia se oponían a ese
desprecio de la persona humana. Una misma actitud se refleja, de alguna manera, en el
hecho de que si bien mataban sin problemas, no torturaban a sus prisioneros o víctimas.
Un esclavo, que puede ser un individuo capturado en una expedición, o tomado de otro
país escandinavo, se liberaba, fuera comprándosele de nuevo, pagando una suma
convenida o en virtud de los servicios prestados.
La siguiente clase, es la que está conformada por el vikingo medio, conocido con el
nombre de bóndi. Prácticamente es el campesino-pescador-propietario libre del que
hablan todos los textos. No existe solo, si no que se define en el interior de su familia,
como lo denota la elección de su nombre, que no se deja nunca al azar. Puede aliterar
con el del padre o reproducir una parte del de uno de sus padres, o también, si es el
primogénito, retomar el nombre de un antepasado célebre. Recordemos que el nombre
de familia, no existe; se es hijo o hija de su padre (Egil Olavsson o Astrid Olavsdottir),
costumbre que aún perdura en Islandia.
Por otra parte, el bondi debe mostrarse capaz, legalmente, de recapitular su linaje en
varias generaciones. Por otra parte, la idea de "malcasarse", de contraer matrimonio con
una mujer de rango inferior al suyo, con la que, por tanto habría una diferencia entre
familias, no se le ocurriría normalmente. El bondi es cierta categoría social que no se
expresa claramente en términos de fortuna, sino que quizás también, incluso a veces
mucho más, puede basarse en términos de antigüedad como estirpe.
Que sea libre en cuanto a su persona es algo evidente, lo mismo que le sea lícito
alquilarse en otra casa, hacerse aparcero o colono. Pero no está sometido ni es
sojuzgado por ello. Una vez más, es sobre todo su libertad de palabra lo que le
caracteriza. En las asambleas públicas o Thing, tiene derecho a dar su opinión sin que
legalmente se le pueda impedir hacerlo.
Tiene derecho a sostener una acción en justicia. Por lo general es un buen conocedor del
procedimiento y de las leyes y, en caso de sufrir una ofensa, está capacitado para exigir
compensación plena, ya que la legislación, que no conoce por así decirlo, la pena de
muerte, prevé reparación de todo tipo en caso de trasgresión.
El bondi es un hombre para todo, susceptible de todas las prestaciones que se puedan
esperar de un hombre completo: es granjero, pescador, artesano, herrero, tejedor, pero
también jurista, ejecutante de los ritos religiosos del culto privado, poeta, así como un
participante habilidoso de diversos juegos y un comerciante de gran calidad, diestro
para contar, valorar, vender o hipotecar.