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A menudo las derrotas mencionadas por los cronistas cristianos no fueron más que
repliegues tácticos, en ocasiones en que la proporción de fuerzas no se mostraba
favorable a los vikingos. La experiencia acumulada durante su tumultuosa existencia
tuvo como resultado el hacer madurar su juicio. Cuando sufrían una verdadera derrota,
inmediatamente sacaban conclusiones y evitaban arriesgarse de nuevo. Por regla general
estaban muy bien informados sobre la situación política y la capacidad de defensa de los
países que se proponían atacar, lo que les permitía sacar provecho de todas las
posibilidades: debilidad del poder instituido, crisis de sucesión, etc.
Los vikingos sobresalían en el arte de levantar campamentos atrincherados y
fortificaciones de campaña. Tan pronto como se detenían en un lugar, cavaban fosas
profundas alrededor de su campamento y acumulaban la tierra en montículos, con
objeto de protegerse contra cualquier ataque por sorpresa.
Para las poblaciones de Europa occidental, los vikingos no eran más que bárbaros, ya
que venían de países extranjeros, cuyos usos y costumbres diferían de los suyos
notablemente. En realidad, se trataba de bárbaros civilizados, con costumbres, leyes y
una cultura propias que no trataron de imponer a los demás.
·Vida
Vida Doméstica.
La casa era el centro de la vida vikinga. Allí la gente encontraba calor, alimento y
refugio. Allí trabajaban en sus tareas diarias y se relajaban con juegos de mesa, tocando
música o escuchando las historias contadas por los poetas sobre los dioses y las hazañas
de antiguos héroes. La vida se desarrollaba alrededor del largo hogar central. El fuego
de leña raramente se apagaba, pero cuando necesitaba ser reanimado, se hacía
golpeando un pedernal contra un eslabón. La carne y el pescado constituían la mayor
parte de la dieta. Los animales domesticados (vacas, ovejas, cerdos, cabras y aves de
corral) se completaban con la caza y las aves silvestres. Tanto la carne como el pescado
se ahumaban, secaban o salaban en verano y otoño para asegurar suficientes provisiones
para los largos meses de invierno. La carne se cocinaba principalmente cociéndose en
toscos cacharros de barro o cuencos de esteatita fijados en las brasas del fuego, o en un
caldero de hierro. Se hacían ganchos de hierro para sacar la carne del líquido hirviendo.
Ocasionalmente, un corte especialmente tierno podía asarse en una brocheta.
El pan se hacía con cebada, centeno y legumbres y, más raramente, trigo. La harina se
molía a mano con piedras de amolar circulares o molinillos de mano. Éstos han
sobrevivido en abundancia y particularmente en el sur de Escandinavia, eran a menudo
hechos de piedra de lava importada de Renania, Alemania. El pan era ácimo y se
cocería sobre el fuego en una placa de metal o de piedra para hacer una torta bastante
espesa o un bizcocho a la plancha. Las verduras se cultivaban en los campos adyacentes,
y las bayas y otras frutas se cogían en los bosques o incluso se importaban. El
descubrimiento de huesos de ciruela en fosos de basuras en Hedeby sugiere que se
traían de Europa central, por ejemplo. El queso se hacía con leche de vaca, cabra y
oveja, tal vez principalmente como un modo de aprovechar la excedente. Además de
mantequilla y queso, sabían hacer una leche espesa llamada "skyr" que, salada y
fermentada, podía conservarse comestible durante todo un invierno, guardada en
grandes vasijas. También la leche agria era un artículo de gran consumo y muy