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esos monumentos, que consisten en muros pedregosos hechos con enormes cantos rodados de granito, a partir de las pruebas arqueológicas; no hay fuentes escritas que nos guíen, y al menos parte de ellos pueden ser anteriores al período vikingo. Pero muchos contienen restos de ocupación, tanto del período vikingo como de períodos anteriores y fueron usados, o vueltos a usar, por los vikingos como defensa comunal. Algunos de estos fuertes suecos, como Stenbyborg, en la isla de Adelsö del lago Mälaren, donde también hay grandes túmulos funerarios del período pre-vikingo, se asocian con el poder real; otros, como Gäseborg, en Järfälla, cerca de Estocolmo, pueden haber servido tanto de refugios como de centros de culto religioso. Un ejemplo especialmente espectacular es el fuerte de Runsa en una península que sobresale en la parte norte del lago Mälaren. Tiene una muralla interna y otra externa, la primera rodea los restos de edificios y la segunda se extiende a lo largo de lo que fue la orilla del lago en la época vikinga. Este fuerte tuvo que estar ocupado esporádicamente y durante períodos de tiempo muy largos, pero también tuvo que haber servido de refugio temporal para la población rural de los alrededores. Un cementerio muy cercano contiene una tumba importante marcada con piedras verticales, algunas hasta de dos metros de altura, colocadas en forma de nave. Está rodeada de otras tumbas menos espectaculares y sugiere que Runsa pudo haber tenido alguna significación de culto. La ciudad de Birka, en la isla de Björkö del lago Mälaren, ya era un centro floreciente en el siglo IX. El fuerte sobre una colina (borg) cerca de su extremo sur tuvo que servir de fuerte y de refugio hasta que el pueblo se rodeó de muros defensivos en el siglo X. El fuerte de Birka consiste en una muralla de tierra y piedra que rodea el lado de una colina cuya cresta oeste está naturalmente defendida por un acantilado cortado a pico contra el lago. El fuerte (hochburg) que domina la ciudad de Hedeby en Dinamarca habría tenido un propósito similar. El fuerte corona un afloramiento de arcilla al norte del pueblo, pero como el paisaje es generalmente tan llano, este tipo de monumentos no abundan en Dinamarca. La isla de Gotland tiene unos cien fuertes, que tampoco son todos de la época vikinga. El mayor está en Torsburgen cerca de la costa este. Su gran muralla de piedra caliza se extiende a lo largo de dos kilómetros alrededor de la cumbre de una pendiente empinada, con una altura de siete metros y una anchura de veinticuatro metros en algunas partes, haciendo de este fuerte uno de los monumentos arqueológicos más espectaculares de toda Suecia. Las excavaciones han mostrado que se remonta al siglo IV, pero fue usado de nuevo a principios del siglo X. Otros emplazamiento defensivo en Gotland de considerable interés, aunque no es un fuerte, es Bulverker en el lago Tingstäde Träsk, al norte de la isla. Se encuentra en las aguas poco profundas de la orilla del lago y consiste en una serie de plataformas de madera celulares construidas juntas para formar los cuatro lados de un cuadrado, cada uno de ciento setenta metros de largo. En un principio soportaban edificios. El cuadrado central está abierto y toda la construcción esta rodeada de una empalizada de estacas de pesada madera apretadas entre sí. Este emplazamiento está admirablemente conservado gracias a su situación saturada de agua y es único en Escandinavia. Los métodos usados en su construcción recuerdan las técnicas empleadas por los eslavos del Báltico meridional y oriental y pudo en principio haber sido construido por inmigrantes de Gotland. Su propósito no está muy claro, pero el topónimo Tingstäde sugiere que era parte de un Thing en la época vikinga, cuando fue construido y ocupado y por lo tanto no usado exclusivamente como una estructura defensiva.