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Son producciones típicas de este estilo, además de los hallazgos de Borre, las tallas y
trabajos en metal de la tumba de Gokstad. El famoso broche de Finkarby, en Suecia,
consta de un disco de plata de cinco centímetros de diámetro en el que se han colocado
cuatro cuerpos de animales artísticamente entrelazados. De las cuatro cabezas que se
reúnen en el centro, cada una de ellas con sus ojos de elipse invade a la vecina: una
composición increíblemente complicada, pero soberbiamente conseguida. Debido a esto
se la considera una pieza representativa.
El estilo Borre pasa a ser estilo Jelling, y su primer representante una pequeña copa de
plata encontrada en la colina norte de Jelling. Los elementos zoológicos de su
decoración, miembros, cabezas y fauces abiertas, recuerdan modelos previkingos,
incluso los cuerpos en forma de S retorcida. Sin embargo, los historiadores del arte han
descubierto en los esbeltos animales Jelling en forma de cinta, los cuales se muestran
casi siempre de perfil, influencias irlandesas: legado artístico de la época de las
invasiones danesas y noruegas en la primera mitad del siglo X.
Medio siglo más joven es el estilo Mammen; la pieza representativa es la famosa hacha
de combate de plata fundida del caudillo de Mammen.
Los artistas Mammen combinan de nuevo motivos de plantas y animales, pero de un
modo original, haciendo pasar los miembros de sus animales fabulosos por zarcillos de
acanto. A pesar de toda su fantasía no deja de ser un estilo heráldico que aprovecha
como vehículo los mástiles de las banderas, las piedras rúnicas, los arreos de los
caballos y los refuerzos de las paredes y, sin embargo, es un estilo sobrio, elegante y
amplio.
La obra más admirada del estilo Mammen adorna uno de los lados de la piedra Jelling
de dos metros y medio de altura; una serpiente luchando con un león. Los estilizados
elementos animales y los zarcillos de las plantas se han combinado para producir una
desconcertante unidad ornamental.
Ambos, el gran animal y el aditamiento vegetal, han llegado a Escandinavia con las
campañas en Inglaterra del gran reino danés y han encontrado allí una fecunda simbiosis
artística.
Una íntima mezcla de fauna y de flora es también la característica del estilo llamado
Ringerike, que recibe el nombre por un grupo de piedras rúnicas noruegas. En este estilo
los autores se esfuerzan en conseguir una estilización más marcada de los sarmientos;
asimismo se inclina a una forma más fastuosa y rica que el estilo Mammen. La
ornamentación a base de plantas, excepto los zarcillos de acanto, palmas y haces de
hojas, sobre todo hojas en forma de pera, alcanzó, en manos de los artistas del
Ringerike, un florecimiento jamás visto en el Norte europeo. También se han dejado
inspirar fuertemente por motivos anglosajones, especialmente por las obras de los
miniaturistas ilustradores del Libro de Winchester.
En las postrimerías de la era de los vikingos surge el estilo Urnes, que debe su nombre a
las tallas encontradas en la fachada de una solitaria iglesia de madera en el oeste de
Noruega. Sus líneas fluidas y rítmicas, con sus figuras de animales esbeltos como
gacelas y sus sarmientos armoniosos, constituyen hasta hoy una delicia para los ojos. La
habilidad ornamental de este estilo no oculta la incipiente decadencia del arte nórdico.