revista nórdica Mitologia_nordica.1474443498 | Page 205
Njörd, ansioso por complacer a su esposa, consintió en llevarla hasta Thrymheim y en
vivir allí con ella nueve noches de cada doce, si ella estaba dispuesta a pasar los tres
restantes con él en Noatun. Pero cuando llegaron a las regiones montañosas, el susurrar
del viento en los pinos, el atronar de las avalanchas, el crujir del hielo, el rugido de las
cascadas y el aullido de los lobos le resultaron a él tan insoportables como el mar le
había parecido a su esposa y no podía sino regocijarse cada vez que su temporada de
exilio concluía y se encontraba de nuevo en Noatun.
La Separación de Njörd y Skadi.
Durante algún tiempo Njörd y Skadi, los cuales son las personificaciones del verano y
del invierno, se alternaron de esa manera, pasando la esposa los tres cortos meses de
verano en el mar, permaneciendo él a regañadientes en Thrymheim junto a ella durante
los largos nueve meses de invierno. Pero concluyendo finalmente que sus gustos nunca
coincidirían, decidieron separarse para siempre, regresando ambos a sus respectivos
hogares, donde cada uno podía realizar las tareas que solía realizar usualmente.
Skadi reanudó entonces su acostumbrado pasatiempo de la caza, dejando sus dominios
de nuevo sólo para casarse con el Odín semihistórico, con el que tuvo un hijo de nombre
Seming, el primer rey de Noruega y el supuesto fundador de la estirpe real que gobernó
el país durante mucho tiempo.
Según otras versiones, sin embargo, Skadi terminó casándose con Uller, el dios del
invierno. Ya que Skadi era una diestra arquera, se la representaba con un arco y un
flecha y, como diosa de la caza, está generalmente acompañada por uno de los perros
esquimales con aspecto de lobo tan comunes en el Norte. Skadi era invocada por
cazadores y viajeros en invierno, cuyos trineos ella guiaba sobre la nieve y el hielo,
ayudándoles así a alcanzar su destino ilesos.
La cólera de Skadi contra los dioses, que habían matado a su padre, es un símbolo de la
inflexible rigidez de la tierra envuelta en hielo, la cual, suavizada finalmente por la
traviesa representación de Loki (el relámpago del verano), sonríe y accede al abrazo de
Njörd (verano). Su amor, sin embargo, no puede retenerla durante más de tres meses al
año (representado en el mito por las noches), ya que ella está siempre anhelando en
secreto las tormentas invernales y sus actividades acostumbradas entre las montañas.
El Culto a Njörd.
Se suponía que Njörd bendecía las embarcaciones que entraban y salían del puerto y sus
templos estaban situados en la costa. Allí se hacían normalmente juramentos en su
nombre y se brindaban también en su nombre en todos los banquetes, donde se le
mencionaba invariablemente junto a su hijo Frey.
Ya que se suponía que todas las plantas acuáticas le pertenecían, la esponja marina era
conocida en el Norte como "el guante de Njörd", un nombre que perduró hasta tiempos
recientes, cuando la misma planta fue rebautizada como la "mano de la Virgen".