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En el arte, Bragi es generalmente representado como un hombre ya entrado en años, con largos y blancos cabellos y barba, sosteniendo el arpa de oro de la que sus dedos podían extraer acordes tan mágicos. ·Idun Idun y las Manzanas de la Juventud. Idun, la personificación de la primavera o de la juventud eterna, la cual, según algunos mitólogos, no había tenido un nacimiento y nunca experimentaría la muerte, fue cálidamente bienvenida por los dioses cuando hizo acto de presencia en Asgard junto a Bragi, su esposo. Para asegurarse su afecto, ella les prometió un bocado diario de las maravillosas manzanas que llevaba en su estuche, y que tenían el poder de otorgar la juventud y la belleza eterna a todos aquellos que las saborearan. Gracias ala fruta mágica, los dioses escandinavos, que, ya que habían surgido de una mezcla de razas, no eran todos inmortales, evitaron el paso del tiempo y la enfermedad por ellos, y se mantuvieron enérgicos, hermosos y jóvenes durante innumerables décadas. Consiguientemente, estas manzanas fueron consideradas una posesión muy preciada, e Idun las atesoraba cuidadosamente en su cofre mágico. No importaba el número de ellas que extrajera, el mismo número quedaba siempre dentro para ser distribuidas en el festín de los dioses, los únicos a los que ella permitía que las saborearan, a pesar de que enanos y gigantes estaban ansiosos por poseer la fruta. La Historia de Thiazi (Thiassi). Un día, Odín, Hoenir y Loki emprendieron una de sus habituales excursiones a la Tierra y, tras deambular durante un largo período de tiempo, llegaron hasta una región desierta, donde no pudieron encontrar un lugar para alojarse. Cansados y muy hambrientos, los dioses, tras percibir una manada de bueyes, mataron a uno de los animales y, encendiendo un fuego, se sentaron al lado la hoguera para descansar durante un rato, mientras la carne se cocinaba. Para su sorpresa, sin embargo, a pesar de las llamas, la carne permaneció más bien cruda. Concluyendo que debía ser obra de la magia, miraron a su alrededor para descubrir qué era lo que dificultaba su cocción, cuando divisaron un águila posada sobre un árbol que se encontraba encima de ellos. Viendo que era objeto de la sospecha de los viajeros, el ave se dirigió a ellos y admitió que había sido él el que había evitado que el fuego hiciera su trabajo, pero prometió retirar el hechizo si ellos le daban tanta comida como pudiera devorar. Los dioses accedieron, tras lo cual el águila descendió, avivando el fuego con el batir de sus enormes alas, tras lo cual la carne se asó rápidamente. El águila se dispuso entonces a llevarse tres cuartos del buey como porción suya, lo cual le pareció demasiado a Loki, quien asió una gran estaca que se encontraba a mano cerca de él y comenzó a apalear al voraz pájaro, olvidando que estaba dotado de poderes mágicos. Para su consternación, uno de los extremos de la estaca se quedó adherido al lomo del águila y el otro a sus manos, tras lo cual fue arrastrado sobre las piedras y al través de las zarzas, a veces por los aires, con sus brazos casi arrancados de sus hombros. En vano pidió clemencia e imploró al águila para que le soltara; el ave siguió volando, hasta que Loki prometió cualquier rescate que su apresador pudiera pedirle a cambio de la libertad.