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combatientes, era la señal para comenzar la contienda, tras lo cual se precipitaría en
medio de las filas emitiendo su grito de guerra: "¡Odín os tiene a todos!"
A veces usaba su arco mágico, el cual podía disparar hasta diez flechas a la vez, cada
una de las cuales abatía a un enemigo invariablemente. También se suponía que
inspiraba a sus guerreros favoritos la famosa "Cólera de la Furia", que les permitía,
aunque estuvieran desnudos, sin armas y acosados gravemente, realizar grandes hazañas
de valor y fuerza y continuar con prósperas vidas.
El Manantial de Mimir.
Para obtener la gran sabiduría por la que es tan famoso, Odín en los albores del tiempo,
visitó el manantial de Mimir (Memoria), la fuente de todo ingenio y sabiduría, en cuyas
profundidades se reflejaba claramente incluso el futuro y buscó al anciano que lo
vigilaba para que le dejara tomar un trago. Pero Mimir, que conocía bien el valor de un
favor tal, rehusó concederlo, a menos que Odín consintiera en darle uno de sus ojos a
cambio.
El dios aceptó sin dilaciones y se arrancó uno de sus ojos, el cual Mimir lo guardó como
garantía, hundiéndolo en las profundidades de su manantial. Bebiendo abundantemente
de las aguas, Odín se hizo con el conocimiento que ansiaba, sin lamentar jamás el
sacrificio que había hecho, pero en memoria de aquel día arrancó una rama del árbol
sagrado Yggdrasil, que daba sombra al manantial y fabricó con ella su lanza Gungnir.
Otra historia, precisamente en el Hávamál, se relata cómo Odín robó el hidromiel
poético al gigante Suttung. Para ello sedujo a la hija del gigante, Gunnlod,
Dudo si habría logrado escapar
de los salones de los gigantes,
si no hubiese usado a la buena Gunnlod
a la que estreché entre mis brazos.
Odín, creo, juró por su anillo de los juramentos.
¿Cómo se puede confiar en su palabra?
Dejó a Suttung sin hidromiel con una estafa
Y a Gunnlod con lágrimas.
Los vikingos reverenciaban especialmente un juramento sobre anillo (uno hecho sobre
un anillo sagrado, en honor al anillo Draupnir). Sin embargo, Odín lo violó, faltando a
su palabra y a la ley de tal juramento.
Según los versos que siguen, Odín no robó en realidad el hidromiel al gigante Suttung,
sino a Fialar, uno de los enanos que hicieron la bebida de la sangre de Kvasir.
Snorri le añade un prólogo a la historia. Los enanos Fialar y Galar, habían hecho el
hidromiel, pero Suttung lo cogió en compensación por la muerte de su padre y de su
madre, el gigante Gilling y su esposa. Los enanos habían invitado a Gilling a una
excursión en bote. Éste volcó y Gilling cayó. La mujer del gigante lloraba
copiosamente, tanto, que Fialar no pudo aguantar más los gritos, así que la instó a que
buscara consuelo yendo a la puerta y mirando en el lugar donde había ocurrido la