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tragedia. Ella estuvo de acuerdo y mientras estaba de pie, Galar le tiró una piedra de
molino en la cabeza y la mató. Suttung se ofendió y planeó la venganza. Cogió a los
enanos y los llevó en barco hasta un peñasco que estaba sumergido por la pleamar. Allí
los amenazó con abandonarlos salvo que pagasen por las muertes y ellos aceptaron darle
el hidromiel. Él se lo llevó a casa y se lo confió a su hija Gunnlod.
Odín decidió coger el hidromiel. Mientras caminaba hacia la fortaleza de Suttung, llegó
a un campo donde nueve trolls estaban segando. Eran los aparceros de Baugi, el
hermano de Suttung. Como eran trolls, no eran demasiado inteligentes y estaban usando
guadañas sin afilar. Odín les ofreció afilar las herramientas y los esclavos quedaron
sorprendidos de lo mejor que segaban ahora. Le preguntaron si podían comprarle la
piedra de afilar y el dios se la arrojó y todos se lanzaron a cogerla. Con la confusión y
las guadañas afiladas, se cortaron las gargantas unos a otros y murieron. Odín continuó
su camino hacia la granja. Baugi estaba trastornado por haber perdido toda su fuerza de
trabajo, pero Odín le ofreció hacer todo el trabajo a cambio de un trago del hidromiel de
Suttung. Se presentó a sí mismo como Bolverk, lo que debió haber puesto en guardia a
un gigante, pues significa Malvado. Sin embargo, todo lo que Baugi hizo fue señalar
que no tenía control sobre el hidromiel de su hermano, pero aceptó ver lo que se podía
hacer para ayudar a Odín a satisfacer su deseo. Bolverk trabajó todo el verano como un
esclavo y cuando llegó el invierno le pidió a Baugi su paga. Éste le llevó ante Suttung,
pero el gigante se negó a darle un solo trago del hidromiel. Sin embargo, Baugi y
Bolverk se compincharon para conseguir algo de hidromiel y juntos hicieron un agujero
a través de las rocas para alcanzarlo. Bolverk se convirtió en una serpiente y reptó por el
agujero.
El relato ilustra algunos de los atributos menos atractivos de Odin: su despreciable
astucia y oportunismo, su habilidad para cambiar su forma, su propensión a los nombres
falsos y a los disfraces, su recurso a la traición. Para una visión más positiva, tenemos
que ver su pretensión de ser un dios del conocimiento. Su modo de conseguir la
sabiduría es mediante el sacrificio (un ojo como pago por beber de la fuente de Mimir,
colgando de un árbol para lograr las runas). Podía hacer hablar a los muertos, podía
preguntar a los sabios, usar todos los poderes del seidr (un tipo de magia particular y
poco concisa), tenía los cuervos, Hugin y Munin.
Odin y Vafthrundir.
El Vafthrundismál es un registro de una competición de destreza y ciencia entre el dios
y el gigante Vafthrundir, famoso por lo profundo de sus conocimientos. El poema
comienza con una conversación entre Odín y su esposa Frigg, donde éste le pide un
consejo que no está dispuesto a aceptar. ¿Debe visitar al gigante para averiguar cuánto
sabe? Frigg espera que su esposo regrese a salvo y éste emprende su viaje disfrazado de
viajero. Cuando es llevado ante el gigante, se presenta con el falso nombre de Gagnrad.
Vafthrundir le interroga brevemente y le considera como hombre de conocimientos y le
propone una competición: se probarán mutuamente sus habilidades. Quien pierda,
perderá su cabeza. Entonces Gagnrad empieza preguntándole al gigante sobre los
orígenes del mundo, la naturaleza de los dioses y el fin de todas las cosas. El gigante
responde con destreza, hasta que Gagnrad hace trampa con su última pregunta: ¿Qué le
susurró Odín al oído de su hijo Balder cuando el dios muerto estaba siendo puesto en la
pira funeraria? Sólo Odín sabía la respuesta, por lo que el gigante se da cuenta de que ha
sido burlado.