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Los padres permitían a sus hijos partir tan pronto como eran capaces de servirse de las
armas que harían de ellos guerreros confirmados. Expresar el deseo de partir en una
expedición vikinga, en busca de riqueza y honores, se consideraba como un síntoma de
buena salud. Los nuevos barcos permitían dirigirse a regiones lejanas y desembarcar en
ellas de improviso, con el objeto de efectuar incursiones de pillaje. El objetivo buscado
no era conquistar, sino enriquecerse, logrando el máximo de botín. La reducida
capacidad de carga de los barcos incitaba a los vikingos a apropiarse con preferencia de
los objetos de oro y plata, que tenían mayor valor y copaban menos espacio. Una cierta
expansión demográfica, principalmente en Noruega, contribuyó sin duda a acelerar el
movimiento y a darle mayor amplitud. En este país inmenso, donde sólo una zona
restringida de la franja costera era habitable, bastaba con un incremento de la natalidad,
aunque fuese limitado, para que las necesidades sobrepasasen los recursos, y para que la
partida de los más jóvenes representase una necesidad.
Poco a poco, los escandinavos se acostumbraron a salir cada año tan pronto como
terminaban las sementeras de primavera y el mar se calmaba. Antes de embarcarse, los
vikingos hacían un sacrificio a Odín para que les protegiese durante la expedición y les
concediese el éxito de sus empresas.
Tras las festividades de Jul, los vikingos volvían al trabajo, aprovechando el respiro del
invierno para preparar los barcos y las armas. Era también momento de cazar aquellos
animales cuyas valiosas pieles se cotizaban muy bien en los mercados.
Con el comienzo del verano, llegaba una vez más el momento de volver al mar en busca
de nuevos horizontes. Los vikingos no temían el cambio de ruta ni la prolongación de
los viajes. Tras las incursiones iniciales, que sólo agrupaban unas cuantas naves, las
expediciones vikingas fueron tomando envergadura hasta el punto de formarse
verdaderas flotas.
· Guerra y Armas.
Todos los hombres libres disfrutaban del derecho de llevar armas en la época vikinga.
Tenían que entrar en las filas cuando se lo pedía su señor o rey. En algunas zonas,
notablemente en Suecia central, la gente también era requerida para guarnecerse y armar
barcos. Con este propósito, la tierra se dividía en unidades que comprendían un cierto
número de granjas y cada una de ellas tenía que proporcionar un barco totalmente
equipado cuando se lo pedían.
Los vikingos generalmente combatían a pie. El hecho de que se enterraran caballos
junto a algunos vikingos ricos indica que hubo algunos guerreros montados, pero esto
sin duda no era corriente. Los buques de guerra vikingos se usaban principalmente para
transportar ejércitos a la escena de las batallas campales; los combates marítimos eran
menos corrientes, aunque se mencionan algunos en las fuentes escritas. El más conocido
es la batalla de Svöld, hacia el año 1000. Las narraciones en fuentes inglesas y francas
de las batallas campales libradas por los vikingos en Europa occidental dan fe de la
fuerza y habilidad de sus cuerpos combatientes. Los vikingos infundían terror a sus
oponentes y lucharon a sangre y fuego por todo el noroeste de Europa. Las armas que
hicieron tantos estragos fueron la espada, la lanza y el hacha de combate, y arcos y