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El nombre Kaupang está ahora vinculado a una granja y no hay señal visible del
asentamiento del siglo IX, aunque los numerosos túmulos funerarios de los alrededores
son principalmente del siglo IX. En la actualidad, un prado desciende suavemente por la
orilla de un fiordo bien protegido del mar por islas y bajíos. Las excavaciones a pequeña
escala que allí se han hecho han revelado un grupo de seis edificios dispuestos más o
menos paralelamente a la orilla. Hallazgos de escoria de hierro y bronce, crisoles y
desperdicios de fabricación de abalorios de vidrio dan a entender que algunos, al menos,
eran talleres para hacer herramientas de hierro y joyas sencillas, pero la falta de hogares
domésticos y la ausencia de desperdicios caseros pone en duda la ocupación permanente
de los edificios. También se ha descubierto el emplazamiento de un astillero;
probablemente satisfacía las necesidades de viajantes como Ottar, cuya nave sufrió
daños en su fatigoso viaje a lo largo de las costas noruegas. Al menos dos muelles de
madera sobresalían del agua, cuyos extremos hacia la tierra se construyeron sobre
cimientos de piedra para asegurarlos a la orilla. También se encontró allí un soga para
amarrar los barcos junto a los muelles.
Religión
Ritos y Costumbres
·Costumbres
Costumbres Mortuorias y Tumbas.
Los guerreros caídos seguían viviendo su desenfadada y alegre vida. Los muertos en el
mar, a menos que hubieran caído en viril lucha, los recogía Ran, la diosa del Aegir, en
una red gigantesca. A los "muertos en la paja" les quedaba el subterráneo reino de las
sombras y las tinieblas: el Niflheim.
Según las antiguas representaciones mitológicas, el Niflheim estaba situado en el Norte,
en la tierra de la niebla, de la crepitante escarcha y de la noche perpetua. En época
posterior lo pusieron como en la Antigüedad clásica, bajo tierra. Ríos salvajes e
impetuosos atronaban aquella mansión. Sobre uno de estos estrepitosos ríos lanzados
como cataratas en el mundo subterráneo se levantaba un ancho puente pavimentado con
deslumbrante oro. Llevaba al llamado vestíbulo de los muertos, que en su forma
primitiva recuerda una gigantesca tumba de hunos, pero que posteriormente adopta cada
vez más los rasgos de un sombrío reino del más allá y se convierte en un lugar de
expiación.
Este domino está gobernado por la diosa Hell, una reina del mundo subterráneo, la cual,
en la forma definitiva de la mitología nórdica establecida por el Edda, resulta ser la hija de
Loki. Tenía el poder sobre nueve mundos y vivía en un palacio equiparable al de los
Ases y el de los Vanes. Su centro era una poderosa sala de oro a la que también la
sombría diosa de los muertos invitaba gustosamente a los amigos. Por raro que parezca,
en ninguna parte se dice qué destino le esperaba al gris ejército de sombras de los
habitantes del mundo de Hell. Sin embargo, un aburrimiento interminable parece haber
aplastado a los "muertos en la paja" en los subterráneos sin luz del mundo terráqueo.