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largos surcos ligeramente curvos todavía intactos desde su última arada con una
herramienta de hierro calzado.
Además del arado, los campesinos vikingos conocían otras muchas herramientas para
trabajar la tierra. Por ejemplo, azadas de madera con refuerzos de hierro, horcas y
rastrillos. La tumba de Oseberg contenía mazas de madera que probablemente habían
servido para romper los terrones de campos recién roturados. En el tapiz de Bayeux,
junto al arado de que tiran unos bueyes, se ve un caballo que arrastra una grada. Según
parece, los últimos campesinos de Lindholm Hoje también conocieron esta última
técnica agrícola.
Hoces y guadañas, rastrillos y mayales de trillar completan el catálogo de herramientas:
un equipo muy poco inferior a las posibilidades técnicas de una casa de labor de hace
cincuenta o cien años. Como el hierro escaseaba, era lógico que la mayoría de las
herramientas se confeccionaran en madera y esto ha supuesto que no llegaran a nosotros
muchas de ellas.
Las aldeas danesas de la época vikinga estaban rodeadas de campos cultivables, pero
también estaban bien situadas con respecto a los pastizales. La cría de animales era tan
importante como el cultivo y efectivamente la ganadería era probablemente la actividad
predominante en muchas aldeas. También se criaban cerdos y ovejas. En la península
escandinava, el pastoreo era aún más importante y se practicaba la trashumación
(migración estacional) en las zonas altas (como sigue haciendo hoy en alguno sitios).
Los rebaños y manadas serían conducidos a las dehesas más altas en verano, cuando el
pasto era bueno y bajados a las granjas del valle en otoño. El ganado se pondría a
cubierto durante los duros inviernos, siendo entonces alimentado en el establo con el
heno cultivado en los pastos del valle en verano, cortado y almacenado como forraje
con este fin.
De las aldeas agrícolas excavadas en Dinamarca, las más conocidas están en Saedding y
Vorbasse, en Jutlandia central. Aunque no son idénticas en su plano o disposición,
comparten varias características comunes. Consistían en unos seis o siete edificios de
diversos tamaños, encerrados dentro de un recinto cercado. El edificio más grande era la
vivienda, que tenía una cuadra en un extremo con compartimentos hasta para cincuenta
animales. Las dependencias incluían graneros y herrerías y chozas de suelos hundidos
que podrían haber alojado a los esclavos o los trabajadores del granjero. Generalmente,
había un pozo entibado con madera dentro del recinto. Cada granja habría estado
ocupada por una sola familia y todas dan la impresión de haber sido muy prósperas
entre los siglos VIII y X. En Saedding, los edificios dentro de sus recintos cercados
están situados alrededor de un espacio central abierto donde nunca se construyó y que
tuvo que servir de "campo de la aldea" comunal. En Vorbasse, las granjas estaban
dispuestas a lo largo de una calle de aldea, cuatro hacia el norte y tres hacia el sur. Esta
diferencia en la disposición global sugiere que cada una variaba según su función social.
Estos asentamientos no están situados bajo las aldeas de hoy, sino que se encuentran a
poca distancia. Durante los trescientos años de la época vikinga, tampoco ocuparon
siempre el mismo lugar, sino que se desplazaban a una nueva ubicación unos pocos
metros más allá con cada generación poco más o menos.