revista nórdica Mitologia_nordica.1474443498 | Page 108

El mástil se implantaba en la quilla. La zapata de carlinga se presentaba en forma de un bloque de roble de 3´75 metros de largo, 40 centímetros de ancho y 70 centímetros de alto (era una pieza confeccionada en madera dura, destinada a soportar el esfuerzo de compresión ejercido por el mástil). La fogonadura es un bloque de roble de 5 metros de largo y 1 metro de alto en su parte media, sólidamente fijado sobre cinco varengas (pieza construida en madera dura cuya función consistía en apuntalar el mástil). El mástil, que debía medir entre 11´15 y 12´30 metros, podía alzarse o bajarse fácilmente. El navío disponía de poco velamen, teniendo en cuenta sus dimensiones. La vela, confeccionada en lana blanca con bandas rojas, iba sujeta a una verga de alrededor de once metros. Los remos, que eran de pino, tenían una longitud que variaba entre 5´30 y 5´85 metros, teniendo en cuenta la forma del barco y la altura con respecto a la superficie del agua. Al no encontrarse a bordo ningún banco de remo, se supone que los marineros utilizaban sus arcas como asientos para remar. El gobernalle estaba formado por una sola pieza de roble, de una longitud aproximada de 3´30 metros. Sesenta y seis escudos, pintados alternativamente de amarillo y negro, se fijaban al nivel de la tercera tabla. No tenían ninguna función militar y sólo estaba permitido colocarlos cuando la nave se encontraba en aguas tranquilas. Se supone que eran la marca distintiva del propietario de la nave y que desempeñaban un papel comparable al de los emblemas pintados en las chimeneas de los barcos modernos. Se calcula que el peso de la nave, una vez armada, debía de ser de 20´2 toneladas. Con ocho toneladas a bordo, el calado alcanzaría 74 centímetros y, al máximo de carga, no sobrepasaría los 92 centímetros. La nave había sido concebida para aguas poco profundas y sin duda, no era ningún problema remontar los ríos. Los barcos que hicieron expediciones a Europa occidental debían ser muy semejantes a la nave de Gokstad, que parece adaptada para acciones de guerra. Más pequeña que la de Gokstad , la nave descubierta en el túmulo real de Tune, Noruega, carece de puente. Realizada casi enteramente en roble, es de construcción muy robusta, con una longitud de quilla de 13´50 metros. El gobernalle, de unos dos metros de largo, era de pino y se podía retirar. En el momento de exhumarlo, se encontró la zapata de carlinga, de roble, y una parte del mástil, de abeto, todavía en su lugar. Aunque también en la categoría de las karvs, la nave de Oseberg, menos marinera en su concepción y de construcción menos robusta que la de Gokstad, parece haber sido construida para navegar en aguas tranquilas, con una propulsión mixta de vela y remo. La riqueza de la decoración de este barco, que aparentemente no estaba destinado a afrontar el mal tiempo, llevó a algunos estudiosos a pensar que pudo ser utilizado como yate por algún personaje importante. Estaba dotado de quince pares de remos de pino, pero no tenía tapa para obstruir los orificios. La longitud de los remos era de unos cuatro metros. En Skudelev, en el fiordo de Roskilde (Dinamarca, cerca de Copenhague), se descubrieron en 1962 los vestigios de cinco embarcaciones, entre ellas y por primera vez un langskip y un knarr. Probablemente, esos barcos fueron hundidos voluntariamente a principios del siglo XI para bloquear uno de los accesos a la ciudad de Roskilde.