Revista Mascotas&Co Ed. 51 Revista Mascotas&Co Ed. 51 | Page 25
en proceso de demolición, que reúnen
las características de un colapsamiento
estructural como los que se ven en terre-
motos o derrumbes.
Por supuesto que los bomberos enten-
demos la responsabilidad de buscar,
encontrar y extraer en las mejores condi-
ciones posibles a las personas atrapadas
bajo las ruinas, pero los perros no ven
esta situación del mismo modo, así que el
proceso completo de entrenamiento está
basado en una recompensa que nues-
tro compañero recibirá una vez ubique
y marque el punto donde hay una per-
sona esperando ayuda. Puede ser un ju-
guete, comida o incluso una abundante
felicitación física; todos los perros son
diferentes y es responsabilidad del guía
encontrar cuál es el premio que más en-
tusiasma a su compañero, lo siguiente,
es enseñarle que al ladrar podrá recibir
esa recompensa y solo en ese momento
podemos empezar el entrenamiento de
búsqueda como tal.
Básicamente se trata de un juego de las
“escondidas”, en el que gradualmente se
va aumentando la complejidad de los es-
condites, para que el perro pase de bus-
car de manera visual a hacerlo apoyán-
dose más en su olfato y en otros sentidos
como el oído y el mismo tacto, al punto
que aprenda a reconocer hasta las señales
más débiles y avise de ellas median-
te el ladrido &
El trabajo empieza desde cachorros, cuando los vamos
acercando poco a poco a los escenarios en donde más
adelante tendrán que intervenir. En todas las fases habrá
un figurante, persona encargada de motivar al perro y
responsable mayormente del éxito del entrenamiento,
mostrándole que tiene su juguete favorito y que va a
esconderse con él en el escombro, haciendo que el perro
se interese en ir a encontrarlo para recibir su recompensa.
En este momento el figurante se oculta del perro y
corre a esconderse en otra habitación, a la que el perro
tendrá que llegar usando sus sentidos, en especial el
del olfato y pasando por alto la textura del piso, rui-
dos, olores, comida y muchos otros factores más que
pueden distraerlo.
Tan pronto como el perro llega e identifica al figurante,
debe ladrarle y es allí donde viene una abundante
recompensa. El ejercicio completo y el premio en especial
deben ser tan gratificantes, que lleven a que el perro haga
el trabajo con la mejor de las disposiciones.
Cuando ya se pasa a fases más avanzadas, el perro no
recibe motivación, pero ya sabe qué va a pasar cuando
esté frente a un edificio en ruinas, solo que la víctima
ya no estará en la superficie, sino que puede estar bajo
un montón de escombros.
Cuando los perros ya están en fase operativa, se revisará
su capacidad de encontrar y marcar a personas que están
ocultas incluso muy por encima o por debajo de ellos.
En estas instancias las búsquedas serán más
prolongadas, más distantes y más difíciles y como
en una situación real la víctima no va a dar premio
alguno, los perros deben estar en capacidad de marcar
varios lugares en serie y recibirá su recompensa solo
al final.
Siendo Bomberos Voluntarios, nuestros perros son
propiedad de cada guía, viven con él y reciben los
mismos o mejores cuidados que cualquier mascota.
Con el fin de mantener un buen estado físico y anímico,
se les realiza ejercicio a diario y se procura socializarlos
con otros perros y con personas, para que no vayan a
generar comportamientos indeseados como agresión,
temor, etc.