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en proceso de demolición, que reúnen las características de un colapsamiento estructural como los que se ven en terre- motos o derrumbes. Por supuesto que los bomberos enten- demos la responsabilidad de buscar, encontrar y extraer en las mejores condi- ciones posibles a las personas atrapadas bajo las ruinas, pero los perros no ven esta situación del mismo modo, así que el proceso completo de entrenamiento está basado en una recompensa que nues- tro compañero recibirá una vez ubique y marque el punto donde hay una per- sona esperando ayuda. Puede ser un ju- guete, comida o incluso una abundante felicitación física; todos los perros son diferentes y es responsabilidad del guía encontrar cuál es el premio que más en- tusiasma a su compañero, lo siguiente, es enseñarle que al ladrar podrá recibir esa recompensa y solo en ese momento podemos empezar el entrenamiento de búsqueda como tal. Básicamente se trata de un juego de las “escondidas”, en el que gradualmente se va aumentando la complejidad de los es- condites, para que el perro pase de bus- car de manera visual a hacerlo apoyán- dose más en su olfato y en otros sentidos como el oído y el mismo tacto, al punto que aprenda a reconocer hasta las señales más débiles y avise de ellas median- te el ladrido & El trabajo empieza desde cachorros, cuando los vamos acercando poco a poco a los escenarios en donde más adelante tendrán que intervenir. En todas las fases habrá un figurante, persona encargada de motivar al perro y responsable mayormente del éxito del entrenamiento, mostrándole que tiene su juguete favorito y que va a esconderse con él en el escombro, haciendo que el perro se interese en ir a encontrarlo para recibir su recompensa. En este momento el figurante se oculta del perro y corre a esconderse en otra habitación, a la que el perro tendrá que llegar usando sus sentidos, en especial el del olfato y pasando por alto la textura del piso, rui- dos, olores, comida y muchos otros factores más que pueden distraerlo. Tan pronto como el perro llega e identifica al figurante, debe ladrarle y es allí donde viene una abundante recompensa. El ejercicio completo y el premio en especial deben ser tan gratificantes, que lleven a que el perro haga el trabajo con la mejor de las disposiciones. Cuando ya se pasa a fases más avanzadas, el perro no recibe motivación, pero ya sabe qué va a pasar cuando esté frente a un edificio en ruinas, solo que la víctima ya no estará en la superficie, sino que puede estar bajo un montón de escombros. Cuando los perros ya están en fase operativa, se revisará su capacidad de encontrar y marcar a personas que están ocultas incluso muy por encima o por debajo de ellos. En estas instancias las búsquedas serán más prolongadas, más distantes y más difíciles y como en una situación real la víctima no va a dar premio alguno, los perros deben estar en capacidad de marcar varios lugares en serie y recibirá su recompensa solo al final. Siendo Bomberos Voluntarios, nuestros perros son propiedad de cada guía, viven con él y reciben los mismos o mejores cuidados que cualquier mascota. Con el fin de mantener un buen estado físico y anímico, se les realiza ejercicio a diario y se procura socializarlos con otros perros y con personas, para que no vayan a generar comportamientos indeseados como agresión, temor, etc.