Los Modernistas
Este poema, escrito durante la última etapa de Rubén Darío, también nos deja entrever la influencia prerrafaelista que ejerció Europa; esta se ve en las primeras dos estrofas donde Darío escribe: “Dichoso el árbol.... y más la piedra dura”. La huída de todo lo industrial, lo hecho por el hombre o simplemente el evadirse de la vida hacia algo tan natural e “inocente” como un árbol o una piedra hace intuir al lector que Rubén Darío tenía miedo y que era pesimista en cuanto a su futuro.
Este poema rezuma sensorialismo. Al leerlo uno puede sentir como el tiempo pasa, como al pensar sentimos y como al sentir sufrimos. Al juntar las palabras “dolor” con “ser vivo”, “pesadumbre” con “vida consciente” y “sufrir” con “vida”, entre otras, el autor de tan fúnebre poema nos da a entender lo dicho anteriormente; que la vida solo proporciona tristeza y que su futuro incierto y realidad dolorosa en la que vive no merecen la pena.
“Lo fatal” pertenece a la última etapa de Rubén Darío y cerró su libro Los Cisnes y Otros Poemas en 1905. Este poema en concreto lo escribió para honrar la muerte de su conocido René Pérez Mascayano (pianista y bohemio de la época)
“Horizonte”
En una tarde clara y amplia como el hastío,
cuando su lanza blande el tórrido verano,
copiaban el fantasma de un grave sueño mío
mil sombras en teoría, enhiestas sobre el llano.
La gloria del ocaso era un purpúreo espejo,
era un cristal de llamas, que al infinito viejo
iba arrojando el grave soñar en la llanura...
Y yo sentí la espuela sonora de mi paso
repercutir lejana en el sangriento ocaso,
y más allá, la alegre canción de un alba pura.
Comentario:
“Horizonte” nos transmite una sensación de pesar que se evidencia con el contraste entre el alba pura y alegre y la desafortunada actualidad del yo poético del autor. La necesidad de huida de todo lo industrial, propia del modernismo, se ve reflejado en el poema, ya que este se encuentra ambientado en la naturaleza .
El sensorialismo también se ve evidenciado en el texto, concretamente en la octava estrofa, a causa que nos proporciona el adentrarnos en el poema a través del oído. “Y yo sentí la espuela sonora de mi paso” Este es un claro ejemplo de lo nombrado anteriormente, ya que a través de como nombra la espuela nos hace imaginarnos su paso sonoro.
Antonio Machado también usa los colores, y al buen lector le habrá parecido ver al artista pintar el cuadro mientras leía, pues lo bien que expresa el artista los colores y tonalidades causa ese efecto al lector. Los tonos cálidos y rojizos del ocaso expresados con un “sangriento”, el crepúsculo y salida de la luna con “purpúreo” y, “pura” para expresar la luminosidad y colorido del nacimiento de un nuevo día.
Este poema esta escrito en la primera etapa de la trayectoria de Machado, y consta en el libro de “Soledades” en 1903, este periodo está influenciado por el movimiento simbolistas y utilizando un lenguaje romántico. El poeta transmite sus sentimientos de tristeza propios de la época, mediante numerosos símbolos, como son las metáforas, en este case, el ocaso es metafóricamente hablando símbolo de fin, de proximidad de la oscuridad. Otras figuras retóricas que aparecen en el poema de Machado, son la metonimia, pues usa el “sangriento” para referirse al color rojizo que adopta el cielo cuando el Astro se pone. Otra figura también a destacar, es la paradoja pues en el fragmento siguiente, “mil sombras en teoría, enhiestas sobre el llano”, expresa que las sombras están erguidas cuando por norma general están a ras de suelo, proyectadas en el suelo.
Conclusión:
Antonio Machado y Rubén Darío son dos artistas completamente distintos, influenciados por un mismo movimiento en años y lugares distintos, eso hace que ni su obra ni sus recursos sean los mismos, aunque parten de una base similar. La oscuridad está representada en ambos poemas, pero como ya hemos dicho de formas distintas, con pesimismo por parte del poeta nicaragüense y con una gran gama de figuras retóricas por parte del poeta español. Juzguen ustedes mismos cual es el mejor, desde nuestro punto de vista, no hay posibilidad de un ganador a tal guardón.
Por: Alba Eiriz, María Gómez-Bestué y Albert Jiménez
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