Schiller dice que el hombre es libre por naturaleza, pero que no nace libre; se hace. Esto quiere decir que el hombre ha de llegar a ser, que no está íntegro al nacer, sino que debe formarse y perfeccionarse. De este convencimiento de la imperfección humana nace la profunda preocupación de los filósofos por la educación. En este sentido, la educación se concibe en la Ilustración como un proceso intencional y ordenado cuyo objetivo es conducir al hombre al desarrollo pleno de su naturaleza.
Por lo tanto, para Schiller, la naturaleza lo ha hecho potencialmente humano y le ha dado la responsabilidad de hacerse a sí mismo humano.
La naturaleza para Schiller