Otra idea que impera tiene que ver con el“ interés propio”, por el cual en ocasiones es conveniente cooperar solidariamente con los demás. Se trata de individuos juntos trabajando de manera auto-interesada, en donde el mundo de cada uno es ajeno al del otro: Si yo estoy sano, soy rico, tengo acceso al bienestar, y tú estás enfermo, pobre, sin servicios, eso no me afecta, porque somos seres esencialmente separados. Puede afectarme tu estado en cuanto estorbes con tu ineficacia o tus reclamos, pero nada tiene que ver conmigo, son sólo conexiones externas entre tu situación y la mía. Tu condición no es un elemento constitutivo de la mía. Los factores causantes de pobreza, enfermedad, exclusión, etc., son juzgados para cada individuo de manera separada y en serie. 1
Pero el auténtico significado de la solidaridad tiene otro punto de partida: el hecho de que todos estamos vinculados y, por tanto, de que todos necesitamos de los otros. Hablamos de una dinámica de relaciones más simétricas, en donde nuestros mundos no son ajenos sino que están entrelazados.
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Bruce Jennings and Angus Dawson,“ Solidarity in the Moral Imagination of Bioethics,” Hastings Center Report 45, no. 5( 2015): 31-38.
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