Revista Greca | Page 30

Un perro fiel Jesús David Cortés Noveno B Era un día como cualquier otro, ¿pero usted que va a saber cómo era un día normal? Raúl salió a vender marihuana y, como siempre, le lavaba los carros a los jibaritos, los admiraba, pensaba que ellos eran exitosos y yo pensaba que lo que pensara Raúl estaba bien. Nunca lo dudé, ¿cómo alguien como Raúl iba a estar equivocado? Una persona respetada, humilde y querida por todo el barrio, Raúl era mi héroe. Claro que eso fue hace nueve años y yo tenía ocho, pero al crecer las cosas cambiaron. Raúl dejó de Fotógrafo: Oscar Mora. lavar carros y se convirtió en el dueño de los carros. La mano derecha de Gustavo Salazar se llamaba Jairo, claro que nadie le decía por su nombre, todos lo llamábamos la Torre, por su altura y fuerza frente a balaceras, las cuales, en su línea de trabajo, eran más que frecuentes. La Torre fichó a Raúl para que dirigiera el barrio y se encargara de mantener el territorio bajo control. Raúl no era mucho mayor que yo y evidentemente no tardó en invitarme al juego ya que yo siempre le había sido leal y firme pa’ las que fuera.