Fotógrafo: Oscar Mora.
Tragedia de Un artista
Oriana Colmenares
Sexto B
Era lunes por la tarde y Ronald estaba en clase de
Lenguaje, dibujando en la mesa. Esperaba la hora en la
que se acabara la clase para dibujar en su casa.
Cuando al fin terminó la clase, Tania, su profesora, le
dijo: «Ronald, no puedes seguir dibujando en las mesas
porque, además de que acordamos no hacerlo, no
pones atención». Entonces Tania miró el reloj y se dio
cuenta de que ya iban a salir las rutas. Ronald corrió tan
rápido como pudo. Corrió tan rápido que apenas se
percató de lo que estaba a su alrededor.
Cuando llegó al parqueadero, las rutas ya habían arrancado. Ya no podía hacer nada. Lo invadió el pánico. Ya
no iba a poder dibujar tranquilo toda la tarde. Entonces
decidió irse caminando hasta el Portal Suba. Empezó a
caminar.
Cuarenta y cinco minutos después, vio el Portal, lo cual
le dio una gran motivación para seguir caminando, debido a que le palpitaban los músculos del cansancio. Le
faltaban unos pocos metros para llegar, cuando dos tipos de aspecto sospechoso se le acercaron. «Danos todas tus pertenencias de valor o te va a ir peor». Ronald
se rehusó. Entonces, los dos tipos se lo llevaron a una
calle donde las personas eran escasas y le echaron un
polvo en la cara. Lo último que sintió fue un desvanecimiento.
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