mujer, la imagen de la prostituta moderna, es una imagen muy poco atractiva, sin gracia,
pero, las imágenes que ahora vemos de las damas de compañía de tiempos pasados son
retratos visualmente agradables, en los que se trabajaba con una imagen más erótica que
pornográfica, una imagen destinada a complacer con estímulos diferentes a los incentivos
sexuales, trabajando con la simpleza del cuerpo femenino en armonía con su entorno.
Después de leer lo que Wikipedia tenía para contar sobre los burdeles, me di cuenta
que la única palabra relacionada con esa profesión que me agradaba era «burdel».
«Prostituta», «proxeneta», «prostíbulo», todas me parecían y me siguen pareciendo
palabras desagradables, que ni siquiera son ricas de pronunciar.
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