Revista Greca Revista Greca Número 2. | Page 41

del diario empiezan a no tener sentido alguno: pasa del 5 de diciembre al 86 de marzo, al año 2000 o simplemente a «cierta fecha». Al dejar el enigma de las dos perritas atrás por descubrir que Sofía está comprometida, Aksenti, devastado, critica a todos los de cargos importantes en San Petersburgo, ya que él, aunque sea un noble, no es lo suficientemente noble para obtener a una chica como Sofía.   Su obsesión se desvía hacia otro lado. Entra a colación el contexto histórico; En España, el trono está vacante, esto desconcierta a Aksenti, quien no puede creer que no haya un rey en la corona. Pasados los días, se ve el tope de la locura, cuando él afirma ser el rey de España. Al narrarlo se ve muy seguro de sí, de hecho, cuenta cómo con tan solo haber dicho eso, la gente de su entorno lo respeta y admira. ¡Hoy es un gran día! ¡En españa hay un rey! ¡Por fin ha sido encontrado! y este rey soy yo. Reconozco parece ser que me ha iluminado un rayo. No comprendo cómo pude pensar e imaginarme que era un consejero titular. (Gógol, 2000, p. 17) Para mí, esa presión y desilusión de no lograr ser alguien importante en el marco social en San Petersburgo, lo hacen soñar y creer que está destinado a algo mucho más grande. Don Quijote también soñaba con algo así: Para ser un caballero además de requerir muchas fuerzas físicas y una preparación especializada, es clave el status social en el que uno se encuentre, nadie como él, podría llegar a ser caballero.   Tristemente, Aksenti es puesto en una especie de manicomio al descubrir su mentira, al ocurrir tal hecho la narrativa de la novela cambia abruptamente, se vuelve algo ilógico, las cosas que Aksenti narra en los últimos párrafos son horribles. Los manicomios aíslan a las personas que «no son aptos para vivir en sociedad». Pero, finalmente, ¿quién decide si alguien está lo suficientemente cuerdo o no, qué parámetros sociales debe cumplir? 33