Revista Greca Revista Greca Número 2. | Page 39

su diario, sin embargo, el tema que mueve a esta historia no es un hecho puntual dentro de su vida, si no, su vida como tal, su forma de ser. A mi modo de ver, Aksenti puede llegar a ser una persona muy obsesiva, aunque también es alguien curioso y tranquilo, dentro del cotidiano.   Dentro de esta narrativa se empiezan a ver rasgos particulares en la forma de escribir y pensar de él. Es desconcertante cómo, ya en las primeras páginas de esta novela este personaje saca por hecho su locura, nos dice que escucha y ve cosas que hay veces no están ahí. A medida que se desarrolla la historia muchos hechos van confirmando la locura de Ivanovich.   Tras varias discusiones en clase, unos concluían que la locura de Aksenti había empezado por el dolor del desamor de Sofía, la hija de su jefe, otros decían que tal vez fue algo cronológico que se acentuaba con sus obsesiones, o, que ya lo tenía y solo lo hace más evidente a lo largo del relato, o tal vez, que ni siquiera estaba loco.   Es difícil decidirse por alguna opción, lograr ver de una forma absoluta todo el relato, ya que en todas sus partes es muy contradictorio, ninguna de las opciones que escribí anteriormente se podrían comprobar completamente, y más porque en el libro solo logramos entender el punto de vista de Aksenti con respecto a su vida, todo lo que imaginamos y vemos es a través de sus ojos, es imposible saltar a un plano más general. «Esto me dejó muy sorprendido. He de confesar que desde hace algún tiempo a veces oigo y veo unas cosas que nadie vio ni oyó jamás» (Gógol, 2000, p. 5).   La primera similitud que hay que recalcar en ambos textos, son los hechos históricos a los que hacen alusión implícitamente, estos afectan de una manera muy significativa toda la historia. 31