Estamos hablando de una diferencia de casi dos siglos entre ambas novelas por
sus fechas de publicación —Don Quijote, 1605; Diario de un loco, 1834—. A pesar de
esto, muchas cosas son similares. En la novela cervantina vemos una época difícil con
una monarquía débil y corrupta y del otro extremo, aunque no sepamos exactamente
el tipo de gobierno, sabemos que todo gira en torno a la superficialidad y los cargos.
Aksenti, aunque sea tan solo el consejero de su jefe, se siente noble y rechaza al resto
por su condición social, las relaciones solo son con gente del mismo estrato, como en
don Quijote, donde la vida lujosa y
ociosa es de unos pocos. Tenemos a un
revolucionario que es juzgado y a alguien
conforme que de repente sueña con ser
mucho más, la pregunta es ¿qué hace a
estos personajes locos y que no?, ¿qué los
une?
(Retrato intervenido) Fotografía: María Antonia Plata.
Aksenti «desarrolla» su locura
dentro de la novela a lo largo de tres
momentos. En primera instancia, él ve
a dos perritas hablando, una de ellas es
la perrita de su enamorada, Sofía. Al
obsesionarse con descubrir qué hablan
ambas perritas y al querer descubrir qué
dice Sofía sobre él, vemos a un Aksenti
totalmente fuera de sí mismo; incluso,
dentro de la misma narrativa, las fechas
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