Revista Farol Noviembre 2013 | Page 17

Revista Farol De Arte y Literatura Aprender a bailar bajo la lluvia Anaí Cano Todo vuelve y es la misma sensación. En la mañana, mientras tomaba un baño, dispuesta a salir y despejarme, retomé el caso y lo dije: “Me siento exactamente igual como cuando pasó aquella vez”. La diferencia es que aquella vez fui más vulnerable, fui más perspicaz, tuve una oportunidad que supe aprovechar. Esta vez no tengo nada. Es tan similar porque se siente igual y huele igual, y la lluvia es igual y la inundación en mi alma es igual... pero no la cercanía que sentí en aquellos tiempos. Soy tan torpe, tonta, testaruda, no sé diferenciar entre el bien y el mal. Y es que sigo siendo una niña, a diferencia de que te siento, te siento como mujer. La lluvia va y viene, empieza fuerte, luego cesa. Mi corazón comienza a temblar: tiembla de miedo, miedo a perder, tiembla de ansia y de frío, tiembla porque no sabe qué pasará. Llueve y, mientras mi ventana se encuentra abierta, escucho como rebotan las gotas y vuelvo a pensar en ti. Esta lluvia me ha embriagado ciertamente, lástima que tu ebriedad no se deba a las gotas de agua que caen del cielo. Hablas y pretendes arreglarlo todo, y no te das cuenta, en ese estado sólo lo has empeorado. Me sentía tan tranquila, estaba tan decidida… hoy todo se esfumó. Adiós sueños, adiós pensamientos, adiós fortaleza, adiós vida nueva. Adiós. Esta lluvia me mata y amedrenta mi noche, sigo temblando y sigue lloviendo y no va a parar, me lo dice mi alma y me lo dijo un meteorólogo en la televisión… ¡Este huracán me está atormentando! Me refiero al huracán que lleva tu nombre, al huracán que me hace sentir tan débil. O mejor dicho, mi debilidad eres tú, tú mi dulce y tierna debilidad, que golpea fuerte y duro contra mi existencia. ¡No quiero sentir más! ¡Me doy por vencida! Estoy exhausta… Me duele amar. 15