Revista Esbirra Nº 11 - Mayo de 2018 Revista Esbirra Nº 11 - Mayo 2018 | Page 35

tada a una manguera que pasa por un tacho con hielo. En media hora aproximadamente termino de enfriar el mosto.
Por lo general las serpentinas, para este fin, se utilizan de modo inverso: se cubren con agua y hielo, y el mosto caliente pasa por su interior. Es una forma mucho más eficiente de bajar la temperatura del líquido recién cocinado. Pero a Rodrigo le gusta hacerlo a su manera.— Hay muchos que lo hacen pasar por acá – dice el cervecero señalando la serpentina – pero a mí no me convence demasiado el tema de la higiene. Pueden quedar restos de mugre, o algo y se te contamina la cerveza.
La higiene y sanitización de una serpentina puede traer complicaciones. Es verdad. No obstante, un enfriado veloz, de apenas minutos, resulta mucho más higiénico que uno lento. El mosto tibio es una invitación a que cualquier germen haga de él su lugar en el mundo.
Pero antes de llegar a esta etapa de la elaboración, se debe pasar por el recirculado. Y Rodrigo lo realiza de manera bien artesanal. Como lo indican los manuales de cervecero caseros: con una jarrita. Recaite tiene una de plástico de dos litros aproximadamente. El home brewer relata cómo lleva a cabo esta tarea.— Lo que es el recirculado, una vez que estoy macerando, lo hago con la jarra. Abro la canilla de la olla, despacito, para que no se trabaje con fuerza. Voy llenando la jarra y la vuelco despacio sobre la espátula de acero. – Este trabajo de verdadero artesano, se debe realizar unas cuantas veces. Rodrigo las tiene contadas.— Esto lo hago entre quince y veinte veces. Según cómo vaya viendo. Esta tarea me lleva aproximadamente veinte minutos. Pero como uno lo hace con pasión, el tiempo se pasa muy rápido.
— Tengo un depósito – dice el cervecero y pide que se lo acompañe. Camina hacia el garaje y ni bien llega señala un estante. Se halla a unos dos metros de altura y atornillado a la pared. Sobre él descansan unos seis bidones de plástico, del tipo Sparkling de 20 litros. Rodrigo explica por qué tantos.— En un momento, al principio, estaba re cebado. Todas las semanas estaba metido con esto. Un fin de semana cocinaba, el otro maduraba, el siguiente embotellaba y luego volvía a cocinar. Por eso tengo tantos bidones … Por cocción utilizo dos bidones, porque no los completo. Para evitar accidentes.
— Me compré un kit en el que venían dos ollas de 30 litros, un balde de plástico, el quemador, un densímetro, un termómetro y poca cosa más – pasa lista Rodrigo mientras señala cada uno de los elementos de su equipo.
Todo el tacherío y aparatología están en la mesa del comedor diario. Se hallan dispuestos, exhibidos, acomodados para ESBIRRA.— Luego compré una olla, también de aluminio, de 50 litros – añade Rodrigo al relato y continúa— me quedaba chica la de 30. Cuando agregaba el lúpulo se volcaba la birra …
La jarra con la que Rodrigo hace el lavado, se puede ver a la izquierda de las ollas y el quemador / Foto R. G.
Etiqueta con las que Recaite identifica sus birras no comerciables / Foto R. G.
Si vas a beber, hacelo con moderación. esbirra / 35