Revista EntreClases Nº 6. Mayo 2020 | Page 60

Elena García creyó que de su seso había nacido la mejor idea. Pensó que debía celebrar por todo lo alto el cincuenta aniversario de la performance más importante que había ideado Marina Abramović, la artista que la chica más apreciaba. La joven quiso demostrar que la mentalidad de los humanos había cambiado en 2024, y que las ideas destructivas y sádicas apenas se mantenían en pie por aquel entonces. Cuando Elena se dio cuenta de que estaba equivocada, ya era demasiado tarde.

La joven madrileña de 20 años llevaba meses planificando su idea maestra para poder llevarla a cabo en la fecha exacta y festejar el espectáculo de Abramović. Tras conseguir los 72 objetos empleados en la performance original, Elena también se tomó su tiempo para mentalizarse de lo que ocurriría, ya que la infantil ilusión podría transformarse en tragedia sin apenas esperarlo.

El esperado día se hizo pesado sobre los hombros de la muchacha mientras temía que la hora acordada se hiciera presente. Justo como había hecho la artista de antaño, Elena preparó en un estudio público todo el material sobre mesas alargadas y se colocó en el centro de la estancia, posicionando frente a sus pies el mítico cartel que podría considerarse su amarga sentencia de muerte: “Hay 72 objetos en la mesa que uno puede utilizar en mí. Yo soy el objeto. Durante este periodo mi responsabilidad es plena. Duración: 6 horas (20h a 2h).”

y otras rarezas

Crónica de una performance inaudita: La tragedia de la segunda parte del Rhythm 0

Madrid, junio de 2024