infelices sucesos había reparado demasiado en aquel hombre . Hurgando en la memoria le recuerda fuerte , bien dispuesto y hasta puede imaginárselo sonriente . Tan incomprensible como la cruel ejecución que ha visto , le resultan los motivos del homicidio de Chanes sobre la persona de su madre , doña María Martínez . ¿ Se trataría realmente de un insano ? Como Albino no era de esa clase de hombres que se enfrascara en grandes reflexiones , abandonó por allí sus caviles dándose por satisfecho al pensar que quizás buenas razones habría , aunque él no las comprendiese . Y a pesar de su naturaleza hosca Albino se llenó de preguntas , porque seguía sin saber de dónde le venía esa repentina preocupación por la muerte . Aquellos sentimientos de profunda consternación le resultaban totalmente ajenos . Un chispazo de conciencia le hizo suponer que más bien su inquietud se relacionaba con las circunstancias . La muerte de un hombre indefectiblemente debía estar asociada al honor , pero una muerte como la que acababa de presenciar le apartaba de esa noble condición . Pero eso para Albino no era responsabilidad de Chanes , quien se había mostrado muy digno haciendo gala de un género de valentía hasta ahora desconocida para él . Al fin llegó a la conclusión que el deshonor y todo el horror provenía de sus verdugos , y así recuperando el aliento pudo retomar más tranquilo el camino a su casa .
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Cuento con monos
Este cuento de Manuel Rovira , uruguayo residente en Berazategui
Provincia de Buenos Aires , recibió una Mención Especial en nuestro Concurso Literario .
La última vez que Miramar subió a primera , yo tenía diez años , una bolsa de limones y el hermano de mi cuñado era la estrella de la fiesta disfrazado de gorila con la camiseta del club . Pocas veces el barrio había estado tan movido , y lo que parecía una broma o un sueño terminó siendo un río correntoso que llevó al ascenso como algo inevitable .
Montevideo era el único lugar del mundo que conocía aparte de la playa de Solymar , que en el Chevette del viejo y a su paso cansino era casi una excursión a los confines del universo . Iba del colegio a casa a almorzar , hacer los deberes e ir a jugar con alguno de los otros niños que vivían en la cuadra , en esas tardes ociosas de 1996 en las que aún no existía la preocupación y el tiempo era infini-