Revista El Balcón: Cuestión de género Género | Page 41

Con todo lo anterior, al hablar del arte femenino se suele connotar un arte que expresa atribuciones de lo que es la “feminidad” como un dato natural y no como una construcción discursiva, como se planteaba anteriormente.

De esta manera, el arte femenino sería la representación de la feminidad universal que le ha sido tradicionalmente asignado a la mujer; en donde no se pone en cuestión el juego de dominaciones que ha conformado las significaciones de los masculino y lo femenino, calificándolo como simple diferencia.

En contraposición a esta postura, se encuentra el arte feminista, el cual nació en los años 70 gracias a la conformación de movimientos sociales como el programa NOW, la Nueva Izquierda y la NYRW (New York Radical Women) en EE.UU.

Estos movimientos permitieron que las mujeres en grupo tomaran conciencia de algunas problemáticas presentes en la vida cotidiana, esto se denominó “despertar de la conciencia” (Carro Fernandez,2010) que además sirvió para la creación del arte feminista.

Un ejemplo de esto es Martha Rosler, quien luego de participar en los movimientos feministas, se relaciona con otras artistas feministas y crea diferentes sketches y performance relacionado con la identidad de la mujer, la vida cotidiana y la opresión. Uno de estos es Semiotics of the Kitchen (Semióticas de la cocina) en donde se adopta la forma de una presentación paródica en la que se substituye el “significado” doméstico de los utensilios de cocina por frustración y cólera.

De esta manera, debido a este tipo de activismo, se empieza a luchar contra la feminidad como característica natural y universal. A este debate contribuyen la Política Sexual de Kate Millett citada en (Carro Fernandez, 2010)