Revista El Balcón: Cuestión de género Género | Page 42

característica natural y universal. A este debate contribuyen la Política Sexual de Kate Millett citada en (Carro Fernandez, 2010) quien escribió un ensayo en el New York Times acerca de una nueva conceptualización denominada “patriarcado” y la forma de opresión hacia las mujeres que se da en la vida privada.

Es así como aparece una poderosa idea en la escena artística, en el momento en el cual lo privado ya no está protegido por lo íntimo debido a que está dominado por el patriarcado, “lo cotidiano debe ser expuesto abiertamente, debe convertirse en un objeto estético, en categoría publica, para así evidenciar la represión ejercida sobre la mujer en todos los ámbitos de su vida”. (Carro Fernández, 2010, pp. 93)

Por consiguiente, el arte feminista, postula a la mujer como signo envuelto en una cadena de opresiones y represiones patriarcales. Buscando así corregir las imágenes estereotipadas de lo femenino que lo masculino-hegemónico ha ido rebajando, castigando y atribuyendo de manera normalizada.

Como se pudo ver anteriormente, este arte ha sido motivado, en sus contenidos y formas, por una crítica a la ideología sexual dominante y de manera más profunda quiere interferir la cultura visual desde el punto de vista de cómo los códigos de identidad y poder estructuran la representación de la diferencia sexual.

En conclusión, el feminismo como movimiento social y político ha permitido reconocer que las diferencias sexuales sobre las cuales se ha jerarquizado lo social, obedecen a acuerdos previamente fijados sobre un modelo patriarcal que es excluyente porque se impone como lugar de privilegio para unos pocos sujetos. De esta forma, la creación de arte desde este lugar ha proliferado en muchos lugares del mundo aludiendo a una reivindicación de los roles de género.