Revista Dracma Septiembre | Page 31

Europa Aún cuando persisten las diferencias en las condiciones de financiación entre los Estadosmiembros,elEjecutivocomunitario prevé que la inversión se acelere, incluso en el sector de la construcción. La reducción de la incertidumbre contribuirá a reforzar la demanda interna, el motor clave del crecimiento. La CE vaticinó que el empleo comenzará a aumentar moderadamente y que el paro bajará al 12% en 2014 y al 11,7% en 2015 en la Eurozona (10,7% y 10,4% en la UE), pero continuarán registrándose grandes diferencias entre los Estados miembros (entre 4,7% de Austria y 24,6% de España en 2015). La inflación se mantendrá en 2014 muy baja, tanto en la Eurozona (1%) como en el conjunto de la UE (1,2%) aumentando ligeramente en 2015 (hasta el 1,3% y el 1,5%, respectivamente), una vez que se consolide el crecimiento. Sin embargo, una inflación muy débil durante un periodo prolongado en la Eurozona supondría riesgos para reequilibrar la economía, lo cual hace pensar que en determinado momento será necesaria la intervención del Banco Central Europeo. Dracma Septiembre 2014 En cuanto a los déficits públicos, la CE vaticina que éstos seguirán reduciéndose hasta el 2,7% del PIB en la UE y el 2,6% en la Eurozona en 2014. En contraste, el nivel de deuda pública alcanzará el 90% del PIB en la UE y el 96% en la Eurozona, lo que muestra el elevadísimo nivel de endeudamiento de estas economías. Para la CE el principal riesgo de revisión a la baja de estas previsiones provendría de una nueva pérdida de confianza por un estancamiento de las reformas a nivel nacional y europeo, en cuyo caso aumentaría la probabilidad de un crecimiento débil durante un largo periodo en Europa con consecuencias muy negativas para la actividad económica. Por otra parte, se podría lograr una recuperación económica más sólida si se pone en marcha nuevas reformas estructurales audaces, ya que se crearían efectos de retroalimentación positivos entre la confianza, el crecimiento y la inversión y la capacidad crediticia del sector bancario. Al final todo dependerá, pues, de que los gobiernos de los países de la Eurozona aprueben e implementen, a la mayor brevedad posible, los ajustes pertinentes