Revista de viajes Magellan Octubre 2017 | Page 62

da, cálida y un vaso de chocolate junto a ella, esperándome. Me tomo el chocolate mientras caliento mis pies en la chimenea y mis manos en el vaso y luego, como sonámbula, abro la puerta de la calle y salgo al exterior. No puedo creer lo que estoy viendo. La calle también está llena de libros. Atónita muevo mi cabeza hacia un lado y hacia el otro para no perderme detalle. Llego a lo que pare- ce ser un mercado. Me froto los ojos. Entre las lechugas, las coles, las patatas y los tomates, unos maravillosos ejemplares de Cervantes, de Shakespeare, de Pessoa... parecen invitar a ser devorados. Un chocolate en el hotel Mercado 62