Tezcatlipoca
Por: Nizha Fernanda Rodriguez
Mah xualli xihualacan, notoca Tezcatlipoca (Bienvenidos, mi nombre es Tezcatlipoca). Soy conocido como el señor del cielo y la tierra, el rey de las batallas, fuerte e invencible, el lado oscuro del poder de la deidad. En otras palabras, soy un dios todopoderoso y omnisciente, puesto que tenía formas e interminable poder.
Al igual que otros dioses de la época, soy simbolizado por una serpiente emplumada, con una cinta negra en el rostro y un espejo que brota con humo negro, es aquí donde les explico mi nombre, pues significa espejo humeante o espejo negro. Este espejo me permite conocer las acciones del ser humano, es ahí donde juzgo a la humanidad por sus acciones y en algunas veces les ocasionaba la muerte.
Sinceramente, soy alguien tramposo y cambiaba de forma a mi conveniencia, pues caí en la tentación del poder oscuro, lo que me hacer ser semejante a lo que los cristianos conocen como el demonio.
Siempre tuve una lucha constante contra mi hermano Quetzalcóatl, porque mis padres Ometeotl y Omecíhuatl, crearon el universo y a mi hermano y a mí nos heredaron poseedores de la dualidad sagrada, pues cada uno representaba la vida, la luz, la bondad y el oren, mientras que el otro, ósea yo representaba la muerte, oscuridad, maldad y destrucción.
Nuestra misión era continuar el legado de nuestros padres y poner orden sobre el caos que reinaba la tierra para que surgiera la vida.
Yo llegue hacia Tezcatlipoca blanco, ofreciéndole la eterna juventud entre otras tentaciones lo hizo sucumbir ante sus oscuros deseos.